Una decena de balnearios de la costa central de Chile, cerca de
Santiago, y también poblados de pescadores al norte del país armaron barricadas
y protestaron el viernes en la noche para evitar el arribo del coronavirus a
través turistas locales.
"Váyanse de aquí, no nos traigan la enfermedad", gritaba una
señora en la ruta de acceso a Algarrobo, un balneario 100 km al oeste de
Santiago, donde decenas de vecinos quemaron ramas secas de los bosques de
eucaliptos propios de la zona para exigir que los vehículos provenientes de
Santiago se devolvieran.
En las autopistas que conducen a la playa hubo gran afluencia de
automóviles desde la tarde del viernes, en un clima de cuarentena que si bien
no es total, ha vaciado los espacios públicos.
En Chile se han registrado 434 casos de coronavirus y la gran mayoría se
concentra en las tres comunas más ricas de la capital.
"Nosotros también tenemos familias", reclaman los vecinos, en
su mayoría pescadores o gente que trabaja en el sector del servicio de estos
balnearios donde muchos santiaguinos tienen una segunda vivienda.
En El Quisco, comuna donde se ubica la casa de Isla Negra del poeta
Pablo Neruda, atracción turística de la zona, la alcaldesa Natalia Carrasco
declaró cuarentena preventiva y prohibió "el ingreso a personas que no
sean de la comuna", anunció en su cuenta en Twitter pidiendo
#CuarentenaTOTALChile.
Varios alcaldes de estas localidades que bordean el océano Pacífico
decidieron decretar el cierre a sus pueblos.
Ante el brote de la enfermedad en el país la subsecretaria de Salud
Pública, Paula Daza, anunció que se ubicarán 42 Aduanas Sanitarias en ocho
regiones para evitar que personas contagiadas transiten libremente.
Estos puntos estarán resguardados por Fuerzas Armadas, y junto a
personal sanitario controlarán la entrada y salida de personas.
Fuente: AFP