Corría el año 1955, la Guerra Fría
estaba en pleno apogeo y Estados Unidos, preocupado por el avance del comunismo
en Latinoamérica, ideó un programa educativo para diseminar las ideas
capitalistas en la región.
Varios profesores de la prestigiosa
Universidad de Chicago viajaron a Chile y reclutaron a una camada de jóvenes
que se formaron al abrigo de Milton Friedman e hicieron suya la máxima del
famoso Nobel de Economía: "El mercado siempre acierta".
Años más tarde, ocuparon distintos
cargos en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que les dio carta
blanca para implementar sus teorías y convertir a Chile en el país más
neoliberal de América.
Son los llamados "Chicago
Boys" y su legado está hoy en día más a debate que nunca, sobre todo tras
las protestas contra la desigualdad que estallaron hace cinco meses y que han
causado una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de
violencia extrema con saqueos, barricadas e incendios.
Pobreza v/s desigualdad
"¿Cuál es el país que, por lejos,
tiene la mejor educación de América Latina? ¿Y la mejor sanidad?", se
pregunta durante una charla con Efe el Chicago Rolf Lüders para inmediatamente
después contestarse a sí mismo: "Chile".
"Cuando le entregas a los privados
la provisión de los servicios introduces la competencia y lo haces más
eficiente", asegura el que fuera ministro de Economía y Hacienda entre
1982 y 1983 y a quien Friedman dirigió en su tesis.
Las cifras arrojan claroscuros sobre lo
que el propio Nobel denominó el "milagro chileno". Por un lado y con
cerca de 26.000 dólares al año, Chile es el país con el mayor PIB per capita de
la región -solo adelantado este año por Panamá-, además de que ha librado una
exitosa batalla contra la pobreza, que en 1990 rozaba el 40 % y ahora apenas alcanza
el 9 %.
Pero en el otro lado de la balanza
están la enorme desigualdad y el altísimo endeudamiento. Según la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 1 % de los más ricos
poseen más de una cuarta parte de la riqueza del país y la deuda de los hogares
asciende al 75 % de los ingresos familiares.
Pero, ¿cómo llegaron estos universitarios a decidir los designios económicos del mayor exportador de cobre del mundo?
"El ladrillo"
La periodista chilena Carola Fuentes,
codirectora del documental "Chicago Boys", explica a Efe que a
diferencia de lo que se ha pensado fueron ellos los que buscaron a Pinochet y
no al revés.
De hecho -apunta-, al volver de Estados
Unidos varios elaboraron un programa económico denominado "El
ladrillo", que le presentaron en 1970 al candidato presidencial Jorge
Alessandri y que este rechazó por su "radicalidad".
"En el documental descubrimos que,
tres años más tarde, algunos incentivaron de cierta manera el golpe contra
Allende entregándoles a los militares el programa económico que necesitaban
para tomar el poder", indica Fuentes.
Al contrario de otros países de la
región donde también llegaron las teorías del libre mercado como Colombia,
Argentina o México, en Chile los Chicago tuvieron libertad absoluta para
implementar su modelo, pues la dictadura anuló los contrapesos políticos y
académicos.
"Hasta el canal público pasaba en
hora punta fragmentos del programa de televisión de Friedman. Hubo un
adoctrinamiento total", agrega la documentalista.
La mayoría de los Chicago rehúsa, sin
embargo, a usar el término neoliberalismo. Para Lüders, por ejemplo, lo que se
instaló en Chile es una "economía social de mercado" porque combina
la privatización de servicios básicos con un Estado con un "fuerte"
carácter subsidiario.
"Es cierto que se trata de un país
con una economía de mercado muy abierta al comercio, pero tiene un aparataje
regulatorio muy extenso y un gasto fiscal del 25 % del PIB, que corresponde
casi exactamente a lo que los países hoy desarrollados gastaban cuando tenían
el nivel del PIB per cápita del Chile de hoy", declara.
"No he escuchado a nadie
argumentar que Europa se desarrolló en base a un modelo ultraliberal",
añade.
La oveja negra
La gran mayoría de los casi 30
estudiantes chilenos que pasaron por Chicago quedaron deslumbrados por el
capitalismo americano, pero hubo excepciones y el Premio Nacional de
Humanidades y Ciencias Sociales, Ricardo Ffrench-Davis, es una de ellas.
"Fui a Chicago sabiendo quién era
Friedman. No me comieron la cabeza, pero aprendí el neoliberalismo desde
dentro", dice a Efe Ffrench-Davis, quien es autor de una veintena de
libros y a sus 83 años sigue impartiendo clases en la Universidad de Chile.
Para el experto, el libre mercado tiene
una visión muy "simplista" de cómo funciona la economía y la
revolución neoliberal que emprendieron los Chicago en Chile "construyó una
economía muy poco dinámica, muy inestable y con mucha desigualdad".
"Se corrigieron muchas cosas, pero
aún quedan muchas pendientes. Necesitamos una reforma para edificar un país más
justo", confiesa, consciente de la crisis social que estalló en octubre es
el mayor desafío al que se ha enfrentado el país desde el fin de Pinochet y de
que el proceso constituyente es crucial para superarlo.
Fuente: EFE