viernes, 30 de septiembre de 2011

Después de violenta protesta, Gobierno y estudiantes reanudan el diálogo

Representantes de estudiantes universitarios, secundarios y profesores se reunieron en el Ministerio de Educación, Felipe Bulnes, para buscar un acercamiento que permita concluir con el conflicto de casi cinco meses, y resolver así las demandas de una educación de calidad y gratuita.

Los dirigentes estudiantiles y las autoridades coincidieron en calificar la reunión como "compleja", aunque los primeros criticaron que el ministro Bulnes condicionara el avance del diálogo al retorno a clases, suspendidas desde mayo por la ocupación de escuelas y universidades por parte de los estudiantes, al iniciarse las protestas.

El gobierno y los estudiantes acordaron reunirse nuevamente el miércoles de la próxima semana, en una instancia en la que ambas partes expondrán su visión sobre la gratuidad del sistema educativo, uno de los más caros y segregados del mundo tras las reformas de Pinochet.

"Logramos hacer prevalecer una de nuestras demandas principales que es la gratuidad, que es el principal tema que se discutirá en la próxima reunión", dijo al salir la dirigenta estudiantil Camila Vallejo.

Por su parte, Bulnes se mostró satisfecho con las primeras conversaciones, aunque aseguró que esperaba un "gesto" por parte de los estudiantes respecto al retorno a la actividad académica. Para el ministro, uno de los principales objetivos es alcanzar a "compatibilizar las movilizaciones con la vuelta a clases".

Jornada violenta

Más temprano, decenas de miles de estudiantes marcharon frente a la Universidad de Santiago, en el centro de la capital, en una ruta acordada con el gobierno. Unas 90.000 personas participaron de la movilización según los organizadores, mientras que carabineros aún no había dado una estimación de asistentes.

La masiva marcha se inició de forma pacífica pero, en un hecho confuso, se salió de la ruta autorizada y Carabineros utilizó gases lacrimógenos y vehículos lanza-agua para dispersar a los manifestantes, cerca de una sede de la Universidad de Chile donde debía concluir con un acto cultural.

Centenares de encapuchados -que como en anteriores protestas se descolgaron de la marcha- lanzaron palos, piedras y pintura contra los uniformados, además de armar barricadas y destruir mobiliario urbano, lo que dio pie a un violento enfrentamiento con la policía que puso un abrupto fin a la manifestación.

Hubo bombas lacrimógenas lanzadas por carabineros que cayeron en viviendas y edificios privados, causando alarma entre los habitantes de la zona donde se produjeron los incidentes, según imágenes difundidas por los canales de televisión.

Vallejo criticó la actuación policial: "Es el colmo que se nos reprima de esta forma. Carabineros tendría que haber colaborado para controlar la manifestación, pero no reprimirla. Si hay estudiantes que creen que la manifestación sigue por otro recorrido, debió guiarlos".

La marcha dejó 58 detenidos y cuatro carabineros heridos, según datos entregados por la policía uniformada.

Una última encuesta, conocida el martes, reveló que un 89% de la población apoya el reclamo estudiantil de una educación pública gratuita y de calidad en un país que cuenta con uno de los sistemas educativos más segregados del planeta, producto de las reformas impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet.