martes, 24 de enero de 2012

Obama delineó su estrategia electoral en discurso del Estado de la Unión

La estrategia de campaña de Barack Obama quedó muy clara a nueve meses de la elección presidencial, pero aún le resta convencer a los estadounidenses que su idea de imponer impuestos a los más ricos es suficiente como para enderezar la economía del país.

Al dirigirse el martes de noche a las dos cámaras del Congreso en el que podría ser un último discurso sobre el estado de la Unión, Obama reveló los temas de su campaña, que están en las antípodas de lo que fue su mensaje de consenso de 2008.

Al proponer que los millonarios paguen como mínimo un 30% de sus ingresos al Estado, el presidente claramente desafió a sus adversarios republicanos para que se pronuncien en contra de esa propuesta, con el riesgo de aparecer como preocupados únicamente por los más ricos.

Para el politólogo Michael Traugott, de la Universidad de Michigan, esta estrategia podría darle la iniciativa en el debate de campaña al presidente saliente, candidato a su reelección el 6 de noviembre. "Todo el discurso estuvo expresado en término de valores", dijo el analista, estimando que la noción de justicia fiscal bien podría seducir a los electores.

Más aún cuando el tema surge en plena polémica alrededor de uno de los principales candidatos republicanos a la presidencial, el multimillonario Mitt Romney, acusado de haber hecho fortuna al frente de un fondo de inversiones que compraba empresas en dificultades, despedía a los asalariados y revendía esos activos con un mayor valor.

Tras largas deliberaciones, Romney se decidió finalmente el martes a publicar su declaración de impuestos, mostrando una tasa impositiva de sólo un 15% sobre sus ingresos, mientras que la tasa máxima para los asalariados llega hasta el 35%.

Si bien Obama supo interpretar en 2008 el deseo de cambio de sus compatriotas tras las divisiones surgidas en la era Bush, su reelección en 2012 dependerá ampliamente en saber si el mandatario ha sabido percibir nuevamente de forma correcta la atmósfera que reina en el ambiente de la ciudadanía.

Costas Panagopoulos, experto en campañas electorales de la Universidad Fordham, estima sin embargo que Obama deberá ir más a fondo sobre estos temas de lo que lo hizo ante el Congreso. "Creo que el presidente puede convencer, pero él debe acercarse más a los estadounidenses y creo que no logró eso con su discurso", advirtió.

Sobre todo, la coyuntura permanece adversa para el presidente saliente, con una tasa de desempleo de 8,6%, históricamente muy elevada para EEUU. Como prueba de ello, solo el 13% de los electores interrogados por el instituto Gallup en una encuesta difundida el lunes afirman estar satisfechos con el estado actual de la economía. Y según un sondeo de CBS/New York Times de la semana pasada, una minoría de 40% de los consultados dijo estar satisfecho con la política económica del presidente.

Finalmente, la cota de popularidad de Obama no supera el 44% según el sondeo del lunes, muy por debajo del mínimo necesario para que un presidente sea reelegido, que normalmente es del 50%, de acuerdo a datos históricos recogidos por los politólogos.

Pero la popularidad del Congreso, una de cuyas cámaras es dominada por los republicanos, es netamente más débil: según el sondeo de CBS/New York Times, apenas alcanzaba un 13% la semana pasada.

Obama podrá averiguar el impacto que tuvo su discurso sobre el estado de la Unión durante una gira por cinco estados, que comenzará este miércoles en Iowa, en el marco de su campaña por la reelección.