jueves, 21 de junio de 2012

El aporte de las PyMEs de Chile a las metas de Río+20


Jorge Alé Yarad
Director ejecutivo del Consejo Nacional de Producción Limpia


El Presidente Sebastián Piñera, anunció el 2010 un desafío en materia de producción sustentable que consiste en bajar en un 20% la emisión de gases con efecto invernadero al año 2020. Resulta natural que, en el contexto de la cumbre Río+20, las miradas se posen en las empresas de mayor tamaño porque ellas tienen más impacto en el cumplimiento de esta meta, pero nosotros hemos querido dar una herramienta que permita a las PyME aportar a este desafío. En conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente estamos desarrollando una plataforma de información productivo-ambiental que, además de aumentar la competitividad de las empresas, las hace partícipes del desafío.

Hasta la fecha no existe un sistema que permita normalizar las fuentes de información usadas en el cálculo de los indicadores productivo–ambientales, lo que impide que las pymes, se puedan medir y comparar, no pueden obtener indicadores normalizados por empresa o sector, lo que dificulta el acceso a mercados que reconocen y valorizan el trabajar sustentablemente.

Con 73 Acuerdos de Producción Limpia desde 1998, que involucran a 5 mil empresas y 8 mil unidades productivas –la mayoría de ellas PyME–, el Consejo Nacional de Producción Limpia propone un sistema con indicadores normalizados, que permite reducir asimetrías de información, aumentar la competitividad y acelerar mejoras en la productividad de las PyME.

Es un paso que nos acerca al cambio de paradigma de la mera producción limpia a uno cuyo foco sea el desarrolllo sustentable. Para las pyme, este cambio de foco no es meramente semántico, pues la evidencia demuestra que la producción limpia no debe ser una exquisitez o costos para la empresa. Por ejemplo, revisamos 19 de nuestros Acuerdos de Producción Limpia y vimos que el beneficio privado es 5 veces superior a la inversión en producción limpia, alcanzando los US$212 millones, y que el VAN social de estos instrumentos fue de US$397 millones.

Esta plataforma es una herramienta que entiende el desarrollo sustentable en sus tres dimensiones: Es un aporte al negocio mejorando la productividad; permite la sustentabilidad ambiental actual y futura; y tiene carácter social al hacer que la vocación emprendedora acoja necesidades de la comunidad que la cobija.