
En
el último mes y medio más de 700 vecinos de las localidades costeras chilenas
de Quintero y Puchuncaví han sido hospitalizados por intoxicaciones debidas a
los altos niveles de contaminación, una realidad que llevan denunciando décadas
ante el gran número de industrias que operan en el sector.
El
área, cercana a la ciudad de Viña del Mar, acoge un gran parque empresarial con
17 plantas, varias de las cuales producen u operan con tóxicos, razones por las
cuales el Colegio Médico de Chile pidió que se la declarara como "zona de
catástrofe".
En
un informe publicado recientemente, el organismo sanitario denunció los
posibles efectos secundarios que tienen estas emisiones sobre la salud, que
pueden llegar a desembocar en "cáncer, accidentes cerebrovasculares y la
disminución de la respuesta inmunitaria".
Si
bien muchos de estos efectos derivan de la presencia de arsénico en el
ambiente, componente que no ha estado presente en las últimas muestras
registradas que han llevado a la declaración de "alerta
medioambiental" en el área en las últimas semanas, si que han aparecido en
varios estudios anteriores.
En
concreto, tanto Quintero como Puchuncaví fueron consideradas recientemente como
"áreas saturadas de anhídrido sulfuroso y material particulado", lo
que provoca, sobre todo en menores, náuseas, dolores de cabeza o abdominales y
el adormecimiento de las extremidades.
Una
situación que es aún más "angustiosa", explicó a Efe María Araya,
presidenta del Consejo Consultivo de Usuarios del Hospital Adriana Cousiño de
Quintero, cuando se tiene en cuenta que el centro que opera en la localidad es
de "baja categoría", es decir, "que no tiene especialistas ni
recursos" para atender dichos casos.
Los
datos oficiales hablan de cientos de intoxicados, pero organizaciones sociales
y trabajadores sanitarios como Araya denuncian que son muchos más, pero que
estos no están contabilizados porque no existe un censo único ni un sistema de
diagnosis eficiente.
"Hemos
tratado de decirle al Estado que tiene que colocar más dinero para poder hacer
diagnósticos como corresponde. Aún no sabemos con exactitud qué estamos
respirando y, si entre el 21 y el 22 de agosto hubo casi 400 niños intoxicados,
el resto de días hemos seguido recibiendo entre 17 y 18 casos más",
detalló Araya.
La
mayoría de ellos, indicó otra vecina y militante del colectivo Mujeres en Zona
de Sacrificio Quintero-Puchuncaví, Valeria Carrasco, se producen cuando
"los niños van al colegio", entre las 5 y las 8 de la mañana.
"Las
empresas tiran el humo por la noche, lo que hace que la nube tóxica se
concentre por la mañana en la comuna. Aún así es visible, pero hay menos
controles a esa hora. Es una de las estrategias que aplican, igual que utilizar
los días nublados para soltar más emisiones", detalló Carrasco.
Además,
la activista destacó que este no es un problema nuevo en la zona, ya que
"desde la instalación de las plantas industriales" han habido
"vertidos y alertas por contaminación", si bien nunca habían llegado
a provocar consecuencias tan masivas.
Agregó
que la organización a la que pertenece hace referencia a que los vecinos deben
soportar la carga de "convivir con empresas que convierten el entorno en
inhabitable" en favor del "resto del país y de la economía".
Sin
embargo, la urgencia desatada en este área, otrora famosa por un atractivo
turístico en decadencia ante las constantes informaciones relacionadas con la
contaminación, se ha situado en el centro del debate político y social del
país.
El
presidente, Sebastián Piñera, hizo alusión a esta crisis medioambiental en su
discurso ante las Naciones Unidas en septiembre, cuando indicó que el Gobierno
pondría en marcha "un plan para superar la situación de emergencia y
proteger la salud de sus habitantes".
Mientras
tanto, según el diario La Tercera, dos de los peritos de la Policía de
Investigaciones (PDI) que acudieron a tomar muestras a las instalaciones de la
Empresa Nacional Del Petróleo (Enap) "presentaron malestar asociado a intoxicación
por gases".
El
Ejecutivo culpó a dicha empresa de los primeros episodios de contaminación en
un informe de la Superintendencia de Medio Ambiente, pero los vecinos reclaman
que no existe un único culpable y señalan también a otras empresas que operan
en la zona, como Codelco Ventanas, AES Gener, Oxiquim, Enex y Gasmar.
Un
cruce de acusaciones del que las empresas se han defendido argumentando que
cumplen con la normativa vigente y que tendrá, lo más previsible, una primera
prueba cuando los fiscales hagan públicas las conclusiones que obtuvieron tras
visitar la zona la pasada semana.
Después
de recorrer el área afectada en un buque de la Armada, los representantes del
Ministerio Público aseguraron que ya habían dado con "las causas" de
la contaminación, pero no dieron información mientras duren las diligencias.
Los
vecinos, explicaron tanto Carrasco como Ayara, esperan aún una solución
efectiva y continúan protestando en la plaza de Quintero, donde tienen
desplegado un campamento repleto de pancartas exigiendo justicia.
Una
de las tantas protestas que se han llevado a cabo en zona, a unos 130
kilómetros al noroeste de la capital chilena, algunas de las cuales han acabado
en enfrentamientos con la Policía.
Y
durante las cuales también se produjo la muerte, en extrañas circunstancias, de
un líder sindical, Alejandro Castro, sobre la cual aún no existe una hipótesis
oficial.
Fuente:
Alberto Valdés Gómez, EFE