domingo, 25 de diciembre de 2011

Hace 20 años terminaba la Unión Soviética


El 25 de diciembre de 1991, el presidente soviético Mijail Gorbachov anunciaba su dimisión ante la televisión, poniendo punto final a siete décadas de imperio comunista y a un orden mundial basado en la rivalidad con Estados Unidos.

"Viendo la situación (...), dejo de ejercer mis funciones en el cargo de presidente de la URSS", dijo Gorbachov en la declaración histórica que concluía meses de agonía del régimen soviético. Después de su partida, la bandera roja con la hoz y el martillo era retirada del Kremlin.

Así se extinguió el imperio comunista que desempeñó un papel fundamental en la victoria contra los nazis y envió al primer hombre al espacio, pero cuyos dirigentes eliminaron a millones de sus conciudadanos.

Asimismo era el fin definitivo de la Guerra Fría y de un mundo bipolar, dejando paso a un panorama en el que Estados Unidos era la única superpotencia mundial.

La mayoría de las 15 repúblicas soviéticas se convertían en independientes por primera vez en su historia y se veían ante el desafío de crear una identidad nacional y una economía sólida, objetivos que muchas aún no han logrado. Por su lado, Rusia sufre de haber perdido su status de superpotencia.

El hombre fuerte del país, Vladimir Putin, presidente entre 2000 y 2008 y actualmente primer ministro, que anunció que intentará volver al Kremlin en la elección presidencial de marzo de 2012, ha venido mostrando de forma cada vez más abierta su nostalgia de la URSS.

La Unión Soviética no era otra cosa que "la gran Rusia", declaró Putin, ex agente del KGB, alimentando el nacionalismo de los rusos y en un momento delicado para su gobierno, por las acusaciones de fraude en las legislativas de comienzos de diciembre, que ganó su partido.

Su predecesor Boris Yeltsin, muerto en 2007, consideraba sin embargo que el desmantelamiento de la Unión Soviética era ineluctable.

La URSS cayó sin causar un cataclismo, pero los años siguientes estuvieron marcados por la degradación de las infraestructuras, el empobrecimiento de la población y conflictos locales que costaron la vida a cientos de miles de personas.

Tayikistán sufrió una guerra civil entre comunistas e islamistas. Armenia y Azerbaiyán se enfrentaron por el control del territorio separatista de Nagorny Karabaj. Rusia efectuó dos campañas sangrientas en su pequeña república rebelde de Chechenia, en el Cáucaso, y Georgia combatió a los separatistas prorrusos en Abjasia y Osetia del Sur.

Ninguno de esos conflictos ha quedado definitivamente solucionado, ya que los islamistas siguen siendo una amenaza en Tayikistán, Nagorny Karabaj vive una paz frágil, y en el Cáucaso ruso se ha extendido ahora una rebelión islamista.

Por primera vez desde la caída de la URSS, Rusia envió sus tanques en agosto de 2008 a una ex república soviética, Georgia, que quiso recuperar el control de Osetia del Sur.

Después de varias tentativas de reformas liberales primero entusiastas y luego impopulares bajo la presidencia de Boris Yeltsin, Rusia mira al pasado desde la llegada al poder de Vladimir Putin, que en 2005 calificó la desaparición de la URSS como "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX".

El ex agente del KGB recuperó el himno soviético, impuso un control del Estado sobre los medios de comunicación y dio a Rusia un papel preponderante para federar a su alrededor a sus antiguos satélites.

Tras las dificultades de los años 1990, Moscú vuelve a manifestar sus ambiciones de potencia mundial, oponiéndose por ejemplo a la extensión de la OTAN en su antigua zona de influencia y a Estados Unidos por su proyecto de escudo antimisiles en Europa.

Rusia, que mantiene relaciones especiales con viejos aliados de la época soviética como Corea del Norte, Irán, Cuba y Siria, emplea sin complejos su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para frenar con la ayuda de China algunas iniciativas occidentales, por ejemplo contra el régimen de Damasco.