sábado, 13 de agosto de 2011

Iglesia de Huatacondo fue restaurada y entregada a la comunidad


A pocas horas que comience la celebración de la “Asunción de la Virgen” que se festeja cada 15 de agosto, los habitantes de Huatacondo participaron de la ceremonia de Consagración de la Iglesia que ofició Monseñor Marco Ordenes.

En el frontis de la Iglesia Nuestra Señora de Huatacondo y contando con la presencia de autoridades regionales y comunales, se llevó a cabo la ceremonia de entrega del templo a la comunidad, dando término al proceso de restauración que patrocinó y financió Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi a través de la ley de Donaciones Culturales.

Cientos de devotos de la Mama Asunta (como llaman a la Virgen los lugareños), concurrieron hasta el lugar para presenciar la ceremonia de entrega y posteriormente ingresaron a la iglesia para participar de la misa de consagración.

La Iglesia de Huatacondo resultó dañada con el terremoto de 2005 y posteriores movimientos telúricos, lo que motivó a la compañía minera a participar en la restauración del templo.

Ubicado a 230 kilómetros al sureste de Iquique y a 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar se encuentra la localidad que en el año cobija a no más de 100 personas pero que durante la semana de fiesta de la “Asunción de la Virgen” fácilmente pueden triplicar esa cifra.

Juan Carlos Palma, vicepresidente Legal, Asuntos Corporativos y Comunidades de Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, manifestó que “esto representa el rescate de una tradición que va más allá del patrimonio tangible, que trata de aquello vinculado con la esencia de una comunidad nortina, la iglesia representa al pueblo, es una fuente de unión permanente”.

A fines del 2009 se firmó el convenio de restauración junto al Obispado de Iquique y a Fundación Jofré, hoy la comunidad puede contar con su templo restaurado, al cual le fueron realizados diferentes trabajos de reforzamiento estructural y restauración de infraestructura. El ejecutivo de Collahuasi también agradeció al Obispado, municipio de Pozo Almonte, Fundación Jofré y al Comité Ley de Donaciones Culturales por apoyar la iniciativa que representa la idiosincrasia de la comunidad y de los habitantes de la región, por lo que era necesario restituirla.

La ceremonia contempló la entrega de llaves de parte de la compañía al Obispo de Iquique, quien posteriormente las entregó a la comunidad de Huatacondo, la que también obsequió un reconocimiento a la compañía por el aporte realizado al pueblo.

Asimismo, en representación de la comunidad Roxana Barreda dijo estar agradecida de todos por que "la casa de la Madre Asunta nos vuelve a acoger".

El alcalde de Pozo Almonte, Augusto Smith, destacó el trabajo realizado en la iglesia, señalando que se trata de un patrimonio de gran importancia para su comuna.

En tanto la intendenta Luz Ebensperger valoró el esfuerzo efectuado por Collahuasi, el Obispado y la comunidad, por sacar adelante la restauración. Tras concluir la ceremonia en el frontis, comenzó la misa de consagración de la Iglesia.

Iglesia

La iglesia, que data del siglo XVII, juega un papel fundamental en el desarrollo de los huatacondinos, siendo no sólo un lugar de peregrinaje durante la fiesta religiosa que cada año se celebra el 15 de agosto, sino que también en un centro de reunión para la comunidad y en un atractivo turístico para quienes visiten la zona.

La iglesia forma parte del conjunto de templos del norte andino chileno, que cuenta con una arquitectura espontánea, que representa la síntesis entre el mundo andino y la realidad étnica de la zona.

El pueblo de Huatacondo nace como una reducción colonial española, entre los siglos XVI y XVIII, alcanzando gran relevancia al abastecer de productos agrícolas al mineral de plata de Huantajaya, en su periodo de mayor auge. La llegada de los españoles trajo consigo el tema de la evangelización, siendo erigidos en 1620 el curato de Pica y las iglesias de Matilla, Huatacondo y Quillagua.

La iglesia esta compuesta de una nave central y adosados a un costado tres recintos, una sacristía y un baptisterio, y una capilla lateral.

Sus fachadas están compuestas de sobrios muros de mamposterías, la reconstrucción contempló una superficie de 146 metros cuadrados que contemplaron reconstrucción de muros fachada, techumbre y reconstrucción de entrepiso coro y campanario.

Los trabajos realizados en Huatacondo se suman a la reconstrucción patrocinada y financiada por Collahuasi a las iglesias de San Antonio de Matilla, San Lorenzo de Tarapacá y de San Andrés de Pica.