domingo, 11 de diciembre de 2011

Ex dictador Noriega volvió a Panamá e ingresó a cárcel para purgar 60 años

El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega volvió extraditado este domingo a su país en medio de un impresionante dispositivo de seguridad e ingresó a la cárcel El Renacer, donde le esperan 60 años de condena por el asesinato de opositores.

Un gigantesco dispositivo de fuerzas especiales con armas de asalto, y operativos de distracción con helicópteros y caravanas sucesivas marcaron el desplazamiento del anciano dictador de 77 años, que llegó desde París, luego de 22 años de reclusión en Estados Unidos y Francia por narcotráfico.

El Airbus 340 de Iberia aterrizó al anochecer y fue llevado directo a la zona de la antigua terminal, hoy dedicada a cargas, donde descendió Noriega.

Según informes de periodistas que viajaban en el avión, citados por la televisión local, Noriega debió ser revisado por los médicos "posiblemente por la impresión" que le causó llegar a territorio panameño.

Para el traslado por tierra hasta la prisión El Renacer -al lado del Canal y en el límite de una zona selvática-, el gobierno panameño montó un operativo de distracción con la llegada de dos vehículos sucesivos, con algunos minutos de diferencia, de cada uno de las cuales descendió una persona en silla de ruedas y con el rostro oculto.

La razón del operativo fue "garantizar que no hubiera ningún posible atentado. (... Noriega ingresó al penal) acompañado por el procurador (José Ayú) Prado y por su médico", dijo la ministra de Gobierno, Roxana Méndez.

"Puedo garantizar que el detenido entró a la cárcel de El Renacer (...) Yo me acerqué para asegurarme", dijo Méndez para tratar de apaciguar las dudas.

Julio Berrioz, abogado de Noriega, sin embargo despotricó contra las autoridades en la puerta de El Renacer y denunció que a Noriega "ya comenzaron a violarle sus derechos procesales porque no se la permitido a la defensa entrar en contacto con él inmediatamente".

Una celda gris de unos 12 metros cuadrados, con dos ventanas, una puerta de metal, una cama individual, un baño y una mesita, lo espera en la prisión, según fotos que divulgó el gobierno para negar versiones de prensa según las cuales se le preparaban comodidades en la cárcel.

Derrocado el 20 de diciembre de 1989 en una cruenta invasión de Estados Unidos, país al que sirvió por años como agente de la CIA, Noriega cumplió 20 años de prisión en Miami por narcotráfico, y casi dos en París por lavado de dinero.

"Va a ir a la cárcel como cualquier persona convicta y sin ningún privilegio (...) Debe de pagar por todas sus penas, todo el daño, todo el horror, todo el oprobio, toda la muerte", dijo este domingo el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli.

No obstante, Martinelli reiteró que Noriega podría beneficiarse de una ley que permite a los reclusos mayores de 70 años pedir prisión domiciliaria. "Eso lo decide el sistema judicial, no lo decide el sistema político", afirmó.

Gobernante de facto entre 1983 y 1989 y condenado en ausencia en Panamá por desaparición y asesinato de opositores, esa posibilidad indigna a familiares de las víctimas del régimen. El regreso de Noriega ha resucitado sus pesadillas.

"Llegó la hora de Noriega de confrontar a la justicia de Panamá por sus delitos de lesa humanidad, que el sistema judicial pruebe que tiene independencia, y de que los panameños acompañen a las víctimas", dijo a AFP Alida Spadafora, hermana del opositor Hugo Spadafora, decapitado en 1985, caso que le valió al ex dictador una de sus condenas.

Avejentado, con dificultades para caminar y varios padecimientos de salud, el ex hombre fuerte de Panamá reafirmó varias veces ante jueces franceses en los últimos meses su voluntad de regresar a su país, sin "odios ni rencores".

"Aquí no hay odios ni rencores, lo que hay es la exigencia de que quien comete un delito en este país lo tiene que pagar en la cárcel", dijo Aurelio Barría, creador en 1987 de la Cruzada Civilista de protestas contra el régimen.

Aunque los panameños coinciden en responsabilizar a Noriega por la cruenta invasión estadounidense, en una población mayoritariamente joven, muchos permanecen indiferentes.

"Hay problemas que preocupan más a los panameños. Eso pasó muchos años atrás.

Estábamos pequeños, así que las afectaciones directas son de personas adultas. Hoy hay temas más importantes como la pobreza y la delincuencia", dijo Yosenis Díaz, de 33 años.

Nacido en febrero de 1934 en Panamá en una familia pobre, Noriega, a quien lo esperan en Panamá su esposa y tres hijas, fue un agente a sueldo de la CIA entre 1968 y 1986, cuando América Central era teatro de varias guerras civiles, pero se convirtió luego en enemigo de Washington.