Una
emotiva ceremonia religiosa protagonizaron el senador Jorge Soria y su esposa
María Inés Macchiavello, al celebrar sus bodas de oro, renovando sus votos
matrimoniales, en el mismo altar que se unieron hace 50 años. La Eucaristía la realizó el obispo de Iquique
Guillermo Vera Soto, quien calificó a la pareja como “grandes constructores de
una familia ejemplar”.
Pasadas
las 19.30 horas de la jornada sabatina y ante una Catedral repleta de personas,
hizo su ingreso Jorge Soria Quiroga, llevando de la mano a sus dos pequeñas
nietas, hijas de Jorge y de Mauricio. Una vez que fue recibido en el altar por
monseñor Vera, ingresó María Inés, de la mano de sus hijos, antecedidos por sus
tres nietos varones.
El
paso de ambos esposos fue seguido atentamente por los asistentes a la ceremonia
religiosa que los aplaudían y fotografiaban, para inmortalizar el momento.
El
obispo Vera dio inicio a la Eucaristía con ambos contrayentes de pie ante el
altar. Luego de leer el Evangelio, pronunció una homilía en un lenguaje cercano,
donde resaltó la historia de la pareja; ella una joven estudiante y él, alcalde
de la ciudad, que se enamoraron y lograron sortear todos los obstáculos hasta cumplir
su sueño de transformarse en marido y mujer. Hay 10 años de diferencia entre
ambos, siendo María Inés, la única hija de los Macchiavello Zerega y la niña
regalona de todos. Aún así, primó su deseo de unir su vida a la del joven
alcalde iquiqueño.
El
obispo la definió como una mujer de mucha entereza, que no sólo acompañó a su
marido, sino que compartió con él su lucha, dando un ejemplo. “Constituyen una
familia que no sólo ha pensado en sí misma, sino que se ha comprometido con el
servicio público y ha soñado una ciudad más próspera y sin duda han avanzado en
esa senda”. Y añade, “por eso estamos acá, para dar gracias, es justo y
necesario agradecer al Señor”.
Tras
la homilía, se procedió a la renovación de los votos. Junto a Jorge y María
Inés, estuvieron en el altar sus hijos, nueras y sus 5 nietos, marcando el más
emotivo momento de la ceremonia.
Al
caminar para salir del templo, nuevamente fueron ovacionados por una Catedral
aún más repleta, saludando a los asistentes y recibiendo múltiples
felicitaciones. Además, hicieron una parada para tomarse la misma fotografía
que se tomaron hace 50 años.
Concluida
la ceremonia, sus hijos Jorge y Mauricio, ofrecieron una recepción en la
Hostería Cavancha, hasta donde llegaron familiares, amigos y muchos
colaboradores que han trabajado históricamente por Iquique, junto a la familia
Soria-Maccquiavello.
En
la ocasión dio la bienvenida, Jorge, el hijo mayor, señalando que sus padres
sólo habían pensado en una misa, pero que en 4 días, junto a su hermano
Mauricio y sus respectivas esposas, se movilizaron para realizar una recepción,
sorprendiendo a sus padres. Incluso, la
premura del tiempo impidió que estuvieran presentes más personas, porque el
trabajo logístico fue muy intenso.