sábado, 9 de junio de 2018

Senador Soria y su esposa renovaron sus votos matrimoniales


Una emotiva ceremonia religiosa protagonizaron el senador Jorge Soria y su esposa María Inés Macchiavello, al celebrar sus bodas de oro, renovando sus votos matrimoniales, en el mismo altar que se unieron hace 50 años.  La Eucaristía la realizó el obispo de Iquique Guillermo Vera Soto, quien calificó a la pareja como “grandes constructores de una familia ejemplar”.

Pasadas las 19.30 horas de la jornada sabatina y ante una Catedral repleta de personas, hizo su ingreso Jorge Soria Quiroga, llevando de la mano a sus dos pequeñas nietas, hijas de Jorge y de Mauricio. Una vez que fue recibido en el altar por monseñor Vera, ingresó María Inés, de la mano de sus hijos, antecedidos por sus tres nietos varones.

El paso de ambos esposos fue seguido atentamente por los asistentes a la ceremonia religiosa que los aplaudían y fotografiaban, para inmortalizar el momento.

El obispo Vera dio inicio a la Eucaristía con ambos contrayentes de pie ante el altar. Luego de leer el Evangelio, pronunció una homilía en un lenguaje cercano, donde resaltó la historia de la pareja; ella una joven estudiante y él, alcalde de la ciudad, que se enamoraron y lograron sortear todos los obstáculos hasta cumplir su sueño de transformarse en marido y mujer. Hay 10 años de diferencia entre ambos, siendo María Inés, la única hija de los Macchiavello Zerega y la niña regalona de todos. Aún así, primó su deseo de unir su vida a la del joven alcalde iquiqueño.

El obispo la definió como una mujer de mucha entereza, que no sólo acompañó a su marido, sino que compartió con él su lucha, dando un ejemplo. “Constituyen una familia que no sólo ha pensado en sí misma, sino que se ha comprometido con el servicio público y ha soñado una ciudad más próspera y sin duda han avanzado en esa senda”. Y añade, “por eso estamos acá, para dar gracias, es justo y necesario agradecer al Señor”.

Tras la homilía, se procedió a la renovación de los votos. Junto a Jorge y María Inés, estuvieron en el altar sus hijos, nueras y sus 5 nietos, marcando el más emotivo momento de la ceremonia.

Al caminar para salir del templo, nuevamente fueron ovacionados por una Catedral aún más repleta, saludando a los asistentes y recibiendo múltiples felicitaciones. Además, hicieron una parada para tomarse la misma fotografía que se tomaron hace 50 años.

Concluida la ceremonia, sus hijos Jorge y Mauricio, ofrecieron una recepción en la Hostería Cavancha, hasta donde llegaron familiares, amigos y muchos colaboradores que han trabajado históricamente por Iquique, junto a la familia Soria-Maccquiavello.

En la ocasión dio la bienvenida, Jorge, el hijo mayor, señalando que sus padres sólo habían pensado en una misa, pero que en 4 días, junto a su hermano Mauricio y sus respectivas esposas, se movilizaron para realizar una recepción, sorprendiendo a sus padres.  Incluso, la premura del tiempo impidió que estuvieran presentes más personas, porque el trabajo logístico fue muy intenso.