
El músico
chileno está en proceso de difusión de su último y emotivo trabajo:
Supervivencia, que devela historias, gustos y experiencias con honestidad y
madurez. Para mostrar este trabajo se presentará este jueves 14 de junio en
Casa Conejo.
Hacer
carrera como músico en Chile nunca ha sido fácil, y muy bien lo saben
talentosos artistas nacionales que buscan abrirse camino. Pero quien persevera,
cosecha triunfos y demuestra que el camino escogido es el correcto. Es lo que
le ha pasado a David Deflores, cantautor y multinstrumentista nacional que, sin
dudarlo, ha perseverado en lo que sabe es su ruta: la música.
David
comenzó muy joven, de la mano de la música y la danza, sabiendo -sin mucha
conciencia- que tenía amplias habilidades interpretativas. Aunque decir en esa
época que se dedicaría a las artes era un tremendo riesgo, la verdad es que
nunca lo dudó mucho. Su decisión obvia era dedicarse a lo que hoy lo define
como persona: un músico en todos sus aspectos. “Mis comienzos fueron a los 14
años con una batería regalada por mi madre. Desde niño, siempre fui curioso y
quise descubrir distintos instrumentos que dieran sonido y movimiento al
cuerpo. Y en paralelo, siempre desarrollé el canto y la danza”, cuenta David,
al recordar esas épocas adolescentes, cuando estaba por decidir qué quería en
su vida.
Pasaron
los años, y finalmente, el año 2003, da el primer paso que definiría con
seguridad su rumbo, con su primer trabajo musical serio, “Flash Imperial”, del
grupo Goda.
Años
después, por ahí por el 2010, nace una de las bandas importantes en su carrera
musical: Esencia, junto a Rulo (David Eidelstein), que editó dos placas
importantes y con gran repercusión: Presencia y Luchar para Gozar. “En todos
estos años he bailado, producido y desarrollado distintos oficios
ininterrumpidamente. Y es que mi vida entera gira y se mueve en torno a la
música” explica.
Es
así como en diciembre del 2015 se difunde “Supervivencia”, que fue lanzado
oficialmente en mayo del 2016, en el mítico Bar El Clan. “Supervivencia es un
disco autobiográfico que recuerda el pasado, en un viaje hacia el devenir
constante, con un proceso de autodescubrimiento. En este proceso, compartí con
dos grandes amigos: Esteban Zúñiga y Andrés Celis, productores del disco”,
cuenta acerca de su último y emotivo trabajo musical.
De
hecho, agrega que “con ellos intercambiamos música, letras, mil historias, mil
horas sin dormir y mil horas de escuchar insistentemente las mismas melodías.
La vida, cada día nos trae algo nuevo por aprender. Desde lo aprendido, lo
recibo con humildad y respeto… Supervivencia”.
Y
este 14 de junio estará pisando la Casa Conejo para interpretar este trabajo,
esperando que se genere una cálida y cercana vibra, para replicar la energía de
éste, su último trabajo musical. Por lo mismo, hace la invitación a todos
quienes quieran experimentar una noche increíble, con música que espera llegar
a todos los espíritus.