
Varios miembros de la jerarquía de la Iglesia
católica chilena están acusados de haber ignorado o encubierto los abusos de
Karadima en las décadas de 1980 y 1990.
El papa
Francisco aceptó la renuncia de tres obispos chilenos, entre ellas
la de monseñor Juan Barros, en relación al escándalo de pedofilia que sacudió
al clero chileno.
El conjunto del episcopado chileno había presentado
su dimisión conjunta el 18 de mayo tras una serie de encuentros con el papa
Francisco en el Vaticano, un paso inédito en la historia reciente de la Iglesia
católica.
El anuncio de expulsión de Juan Barros constituye una marcha atrás radical por
parte del papa Francisco, que nombró a este obispo en la diócesis de Osorno
(sur de Chile) en enero de 2015.
Barros está acusado de encubrir los abusos sexuales reiterados del
influyente sacerdote Fernando Karadima, condenado en 2011 por el Vaticano a una
"vida de oración y penitencia" luego de que la justicia local
declarara prescritos los cargos por abuso sexual.
Varios miembros de la jerarquía de la Iglesia
católica chilena están acusados de haber ignorado o encubierto los abusos de
Karadima en las décadas de 1980 y 1990.
"Empieza un nuevo día en la Iglesia católica
de Chile! Se van tres obispos
corruptos y seguirán más. Emocionante por tantos q han luchado para
ver este día. La banda de obispos delincuentes @episcopado_cl se empieza a
desintegrar hoy!", reaccionó en Twitter Juan Carlos Cruz, una de las
víctimas de Karadima.
Cruz, que fue recibido en mayo por el papa
Francisco en el Vaticano, acusó precisamente a Barros de haber sido testigo de
sus agresiones sexuales. La víctima también rindió homenaje a la población de
Osorno por luchar para lograr apartar de la Iglesia a este obispo.
Francisco, que en un primer momento defendió
durante su viaje a Chile en enero al obispo Barros, presente en todas las misas
que celebró el papa en el país sudamericano, indignó a las víctimas y fue ampliamente criticado por la opinión
pública.
"El día que me traigan una prueba contra el
obispo Barros, voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es
calumnia", lanzó entonces el pontífice argentino a la prensa chilena.
En el avión de regreso a Roma, el papa se disculpó
ante las víctimas aunque declarándose todavía "convencido" de la
inocencia de Barros. Semanas después empezó a admitir que se había equivocado.
Dos obispos
apartados en edad de jubilación
Después del fiasco mediático, el papa pidió una
investigación. Tras leer en abril 2.300 páginas, que incluían 64 testimonios recogidos en Chile y
Estados Unidos, el Sumo Pontífice finalmente reconoció que había
cometido "errores graves" en su evaluación y habló de una "falta
de información veraz y equilibrada".
En una carta dirigida a los chilenos en mayo, tras
una avalancha de denuncias, Francisco admitió: "Con vergüenza debo decir
que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo" frente a los abusos
sexuales dentro de la Iglesia.
Los obispos chilenos fueron acusados por el mismo pontífice, en un documento
confidencial de 10 páginas filtrado a la prensa chilena a mediados de mayo, de
ser colectivamente responsables de "graves defectos" en el manejo de
los casos de abusos y de la consiguiente pérdida de credibilidad de la Iglesia
católica.
El documento detallaba presiones ejercidas sobre
aquellos que debían investigar los abusos, así como la destrucción de
documentos comprometedores.
La renuncia de toda la jerarquía de una Iglesia
local luego de este documento, ha sido una respuesta sin precedentes, según
reconocieron a la AFP expertos en asuntos vaticanos.
Desde que estallaron en 2001 los casos, primero en Irlanda y luego en
Estados Unidos, las denuncias por abusos sexuales contra sacerdotes y
religiosos se han multiplicado por todo el mundo, desde el corazón de Europa
hasta América Latina.
Esta "lacra", como la calificó Francisco,
es el problema más delicado y grave que el papa argentino ha tenido que encarar
desde que llegó al trono de Pedro el 13 de marzo del 2013, y todo parece
indicar que quiere tener en cuenta en forma particular la visión de las
víctimas.
Fuente: AFP