La enfermedad afecta
principalmente a la piel. Su incubación puede tardar de cinco a 20 años. Es
contagiosa.
La ministra de
salud de Chile informó
el lunes que se han registrado dos casos de lepra en dicho país y que un tercero está a la espera
de confirmación. Señaló también que todos los pacientes se encuentran bajo
tratamiento.
“Estamos hablando
de casos importados y que en este momento están absolutamente controlados”,
dijo a periodistas la ministra Carmen Castillo. Añadió que un tercer paciente
con diagnóstico no definido "inició también su terapia, por lo tanto, si
llegara a confirmarse, estaría también siendo controlado”.
La lepra es una enfermedad crónica
causada por un bacilo que se reproduce muy lentamente, por lo que la incubación
de la enfermedad puede tardar de cinco a 20 años, aunque los síntomas suelen
aparecer en el primer año. Es contagiosa, aunque de baja transmisibilidad, y
tiene tratamiento con múltiples medicamentos, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
La enfermedad
afecta principalmente la piel y se transmite por gotas nasales y orales cuando
hay contacto con enfermos no tratados.
Castillo se
refugió en los derechos de los pacientes para no dar más detalles, pero el jefe
de salud regional de Valdivia, el doctor Patricio Rosas, indicó que en el caso
registrado en esa región del sur de Chile, el paciente es de origen haitiano. El hombre acudió a una
consulta médica por una lesión en la piel, y ante la sospecha del mal se
iniciaron de inmediato los exámenes y el tratamiento.
Según la OMS, en
los últimos 20 años se han tratado unos 16 millones de enfermos en el mundo y
su tasa de morbilidad ha bajado notoriamente: de 5,2 millones de casos en 1985
a 176.176 a fines del 2015.
En el
pasado, Chile tuvo
muchos casos en la Isla de Pascua, 3.500 kilómetros al oeste del continente. Se
cree que la enfermedad había llegado a fines del siglo XIX procedente de Haití.
Los enfermos, que
llegaban a perder piel y trozos de dedos entre otras consecuencias, eran
discriminados y aislados en leprosarios para mantenerlos apartados de la
sociedad. En 1992 quedaban tres leprosos que fueron dados de alta y
reintegrados a sus familias.
Fuente: AP