Importantes
antecedentes inéditos, que incluso utilizó como fuente bibliográfica
documentación del Ejército, referida al sumario administrativo iniciado tras
una de la más grande masacres obreras, ocurridas en la pampa salitrera, entrega
en su obra la licenciada en Historia, María Guajardo Núñez.
El
estudio, que dio como resultado el libro
“Rebeldía en el Alto San Antonio: Huelga, Represión y Muerte en la Oficina
Salitrera de La Coruña. 1925”, lo
realizó con aportes del FONDART de Antofagasta, mientras que en Iquique contó
con el apoyo de la Corporación Museo del Salitre.
Silvio
Zerega, Director Ejecutivo de esa Corporación, dio el contexto histórico
ocurrido en la pampa salitrera, cuando en distintas oficinas surgen con fuerzas
las demandas sociales, encontrando la resistencia oficial. Santa María y La
Coruña, son sólo ejemplo de algunas de las masacres ocurridas en pleno ciclo
del salitre.
Luego,
presentó el libro, el poeta Guillermo Ross-Murray, quien hizo hincapié que el
Palacio Astoreca, sonde se realizó el lanzamiento de la obra, representa un
ícono de la desigualdad social de la época salitrera, porque es una muestra de
la opulencia y riqueza acumulada por los empresarios del salitre.
La
historiadora hizo la presentación de la obra, de manera magistral y didáctica,
tal como es posible encontrar en el desarrollo del libro. En efecto, la calidad
de la impresión y el relato, el uso de imágenes y otros elementos gráficos,
facilitan la lectura y la hace accesible a todo público. Así diseñó el estilo,
de modo que el texto sea un aporte incluso, en los procesos educativos.
Destacó
en su trabajo investigativo, la calidad de las fuentes, accediendo, por
ejemplo, al sumario administrativo que realizó en la época el Ejército de
Chile, el que consta de 3 tomos, donde incluso, se recogen las declaraciones de
obreros involucrados en los hechos. La revisión le permite establecer una serie
de contradicciones y levantar una tesis que hasta ahora, no se ha desarrollado
en torno a la masacre de La Coruña. Esto es, que la masacre no se produjo por
una revuelta obrera, sino que por el contrario, por una acción planificada con
antelación por las autoridades del país.
Señala
que el Ejército planificó el ataque en La Coruña y otras Salitreras. En abril
de ese año 1925, había una agitación total en las salitreras, es decir, era una
huelga general, en demanda de los derechos sociales de los obreros del salitre.
A los dirigentes de la FOCH, Federación Obrera de Chile, se les acusaba de ser
agitadores manipulados desde Santiago, pero explica la historiadora, la
reacción surgió en la pampa, según constata en sus fuentes bibliográficas.
Dice
la autora en el capítulo 4 del libro “…quedó en evidencia que las autoridades
estaban planificando, previamente los luctuosos hechos ocurridos durante los
primeros días de junio, extirpar de los cantones a todos los elementos
comunistas por ser indicados como culpables de la constante agitación social en
la pampa salitrera”.
“Las
autoridades iban un paso adelante y los dirigentes de la FOCH un paso atrás”,
señala la autora, aludiendo a la idea de la preparación del plan para aniquilar
el movimiento social. Primero, son deportados 33 dirigentes, al centro del
país, sin que jamás se supiera de su destino. Mientras, en Iquique, se reprime
y clausura el periódico “El Despertar de los Trabajadores”, órgano informativo
fundado por Luis Emilio Recabarren.
El
4 de junio en Alto San Antonio, la FOCH prepara una gran asamblea, porque la
situación social es muy tensa. Llegan trabajadores de todas las oficinas y
ocurre que dos policías son asesinados. La sede es sitiada con 93 personas adentro,
porque se sospechaba que en ese lugar se ocultaban los asesinos de los
policías.
El
Ejército lograr recuperar por la fuerza las oficinas Barrenechea y Pontevedra y
sigue avanzando. Entonces, los dirigentes de la huelga en La Coruña, acuerda
rendirse, pero la rendición no le es aceptada y se decreta el ataque, que da
origen a una de las más sangrientas masacres obreras, que incorporó incluso,
artillería pesada.
Sobre
el número de víctimas, hay discrepancias en los relatos oficiales. El Ejército
reconoce 48 muertos; Carabineros habla de 59. La memoria popular habla de 2.000
muertos.
Concluye la autora: La Matanza en
Coruña debe ser considerado como uno de los peores crímenes en contra de la
clase trabajadora del país, pues ha quedado comprobado que los obreros
ofrecieron la rendición de sus fuerzas, antes que las Fuerzas Armadas
procedieran a recuperar las oficinas cercanas, y Acacio Rodríguez, comandante
de las fuerzas del ataque, no la aceptó”.