Responsables eclesiásticos se
comprometieron a dar a conocer públicamente las investigaciones previas sobre
presuntos delitos y afirman que se reunirán con las personas afectadas.
Los
obispos chilenos hicieron acto de contrición este viernes por haber “fallado” a
las víctimas de abusos sexuales y anunciaron varias medidas para “solucionar el
grave problema” de la Iglesia católica en el país suramericano, que atraviesa
por una de sus peores crisis.
Reunidos durante cinco días en asamblea extraordinaria
en una casa de ejercicios espirituales frente al océano Pacífico, los obispos
pidieron "perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes".
"Hemos fallado a nuestro deber de pastores, al
no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e
injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos", dijeron en una
declaración.
Asimismo, anunciaron una serie de medidas para “dar
una respuesta y empezar al menos a solucionar el grave problema que tenemos en
la Iglesia”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, en
una conferencia de prensa, antes de precisar que habrá otras de “mediano y
largo plazo” que serán anunciadas en la próxima asamblea de los obispos, en
abril.
Entre las medidas destacan la “absoluta disposición
para colaborar con la Fiscalía”, encargada de las investigaciones en vistas a
un proceso penal de los culpables, según precisó monseñor Silva.
Desprestigiada por el goteo de denuncias de abusos
sexuales perpetrados por el clero, los obispos decidieron que a partir de ahora
darán a conocer públicamente las investigaciones previas sobre presuntos abusos
sexuales de menores de edad.
Los obispos se comprometieron a encontrarse
"personalmente" con las víctimas, así como a hacer
"autocrítica" con el sistema que "permitió la perpetuación del
abuso en la iglesia para que estos hechos no se vuelvan a repetir".
Y es que, algunos, como el cardenal y arzobispo de
Santiago, Ricardo Ezzati, están imputados por presuntamente encubrir a
religiosos acusados de pederastia. El 21 de agosto Ezzati está citado a
declarar en la Fiscalía de Rancagua.
Los obispos nombraron al frente del Consejo
Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas de la Iglesia a
la abogada Ana María Celis con vistas a reforzar esta instancia. También
crearán un departamento de prevención de abusos para ejecutar las orientaciones
de aquel.
“Sabemos que las decisiones y compromisos a corto y
mediano plazo que hoy hemos anunciado, no solucionan por sí solos el dramático
flagelo del abuso en nuestra iglesia y las complejas causas y raíces del
mismo”, reconocen en su declaración.
Puntos de inflexión
Los anuncios hechos por los máximos responsables de
la Iglesia chilena suponen un “antes y un después” con la persecución de esta
lacra que ha socavado durante años los cimientos de esta institución y no solo
en Chile, dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando
Ramos.
El viaje del papa a Chile en enero supuso también
un antes y un después en la actitud de la Iglesia chilena y de la propia
justicia civil con estos delitos.
Ante la negativa de los responsables eclesiásticos
a entregar información sobre las denuncias a la Justicia civil –acogiéndose al
derecho canónico–, la Fiscalía chilena pidió esta semana al Vaticano los
expedientes de nueve religiosos investigados por abusos sexuales.
Hasta el momento, 73 personas son investigadas en
las 38 indagaciones en curso que afectan a 104 víctimas, la mayoría de ellas
menores de edad en el momento de cometerse los hechos.
Uno de los últimos en entrar en la cárcel mientras
se llevan a cabo las investigaciones es el sacerdote Óscar Muñoz, mano derecha
de Ezzati en el arzobispado de Santiago, el máximo representante de la Iglesia
chilena.
De igual forma, la Justicia investiga también a los
encubridores y obstaculizadores de las indagaciones judiciales.
A principio de semana, uno de los fiscales que
investiga las denuncias, Emiliano Arias, confirmó que había habido destrucción
de pruebas por parte de religiosos.
Los obispos chilenos presentaron en mayo su
dimisión en bloque al papa Francisco cuando fueron convocados al Vaticano. El
pontífice solo ha aceptado por el momento la renuncia de cinco, cuatro de ellos
por encubrimiento.
Y cada vez son más fuertes las voces para que acepte
la renuncia el cardenal Ezzati, que junto a Francisco Javier Errázuriz,
cardenal y arzobispo emérito de Santiago, son señalados por las víctimas de
abusos como los principales culpables de la política de silencio que ha reinado
en la Iglesia chilena.
Fuente: AFP