sábado, 16 de julio de 2011

Miles de peregrinos festejaron a la Virgen del Carmen en La Tirana


Alrededor de 80 mil fieles presentes en la celebración de las Vísperas de la Fiesta de la “Carmelita”, rompieron a bailar y cantar al unísono “Reina del Tamarugal”, mientras que sonaron los bombos, platillos, matracas, trompetas al iniciarse los fuegos artificiales para anunciar la llegara del Día en que los fieles rinder honor a la Chinita del Carmen, la mujer valiente de nuestra fe, en su Santuario de La Tirana.

Con el levantamiento de la Cruz florida, la cual alcanzó dimensiones de 7 por 3 metros, signo de la presencia de Jesuctristo en medio de su pueblo, y un bello relato acerca de la conversión de la Ñusta Huyllac, se inició la santa misa en el frontis del templo, donde acompañó la imagen peregrina de la Virgen del Carmen, quien fue saludad por sus devotos agitando sus pañuelos y gritos de ¡Viva la Virgen del Carmen!, ¡Viva la Madre del Señor!.

Durante todo la celebración el moderador entregó el relato fundante de esta princesa inca, en cuya tumba hace más de 450 años se plantó una cruz y se posó el pie de la Virgen Carmelita.

Con este ambiente de fervor y gozo, los miles de peregrinos esperaron, reunidos en torno al Banquete del Señor, el gozo del alba del 16 de julio porque este día florece en el desierto la alegría y la fuerza de la fe, al contemplar a la Madre, Reina y Señora del Carmen de la Tirana aquí, en esta tierra de tamarugos, donde Dios construyó la Casa Grande de la Virgen en el Desierto de Chile.

En la oportunidad subieron al altar una pareja andino, una pareja pampina, cuatro bailarines, algunos otros peregrinos y todos los sacerdotes concelebrantes para, a los pies de la Virgen María, encendieron una vela como señal de encuentro y acogida de Jesucristo con su pueblo a través de la Madre del Señor.

La explanada del Santuario de la Chinita se iluminó con las vengalas y el fervor se apoderó del momento culmen de la celebración, y un mar de gente al compás propio del Norte de Chile, danzó y cantó a la Reina del Tamarugal, a la Chinita del Carmen, Mujer valiente de nuestra fe, quien ruega por todos sus fieles en el camino y encuentro con el Maestro y Señor.

Cabe señalar que al iniciarse esta eucaristía, la cual fue presidida por monseñor Marco Antonio Ordenes, el Rector del Santuario, padre Franklin Luza, dijo que esta "noche de vigilia es una noche auténticamente Pascual. Es el paso del Señor entre nosotros, y esta es la raíz más profunda de nuestra identidad. Expresamos esta noche nuetra fe, nuestra adhesión a Jesucristo con los cantos, las danzas, colores y la música".

"Hemos venido esta noche para proclamar que el Hijo de María del Carmen es el Señor", agregó el sacerdote e invitó a unirse en la oración a los enfermos, a los que están en la cárceles, a quienes por razones económicas o de trabajo no pudieron asistir a esta Fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana.

Homilía

En su mensaje de Monseñor Marco Antonio dijo que en esta tierra de tamarugos la Carmelita es la ventana abierta del corazón de Dios, y es ella quien permanentemente, especialmente esta noche, la Virgen hace recuerdo en el Padre el amor no tiene límites, que el amor vence al egoísmo, y es más fuerte que la muerte.

"Hoy, cuando navegamos en un mar de tantos cambios sociales, de incertidumbres por el futuro. Cuando, junto a los cambios tecnológicos, asistimos a profundos cambios en nuestra mentalidad, pareciera que en la nave de los hombres no hay espacio para el amor, no hay un lugar para Dios" señaló el Obispo de Iquique, y aseguró que el frío del egoísmo y la indiferencia se apodera "de nosotros, y nos hace egoístas, pendientes de auto complacernos, incapaces de amar sin esperar nada a cambio".

Sin embargo, añadió que ante esta realidad, "el Evangelio es una luz en la oscuridad. Las palabras del ángel a la Virgen, son también para nosotros: "No temas" Hermanos y hermanas: aunque parezca que el mal triunfa, el Señor nos dice: "No temas, Yo estoy contigo" Esta es la palabra que abre espacio al amor. No temas porque Dios, aunque muchos lo que quieren expulsar de la historia, está siempre aquí. Sí, es posible la construcción de un hombre nuevo, de una sociedad más justa. Sí, es posible, porque "Dios está entre nosotros".

"Sobre esta fe están sostenidos los cimientos de este santuario. En la cruz de Jesucristo, la Ñusta Huillac, descubrió el secreto de la vida. Contempló al que es Maestro y Señor, y lo siguió con esperanza, por el puente de la muerte, a la vida eterna. Y la cruz quedó como señal de un amor que nos invita a amar. Aquí, Dios trajo a su Madre, y le construyó una casa en el desierto, para que fuera refugio de los que buscan, amparo de los que sufren, y esperanza de los que esperan", aseveró monseñor Ordenes.

Del mismo modo dijo que es en esta tierra en que la Chinita del Carmen, "nos enseñó a amar a Dios, sin renunciar a la profunda identidad de lo que somos. Aquí, aprendimos a danzar la fe, y con ella aclamar al Dios que nos salva. Ella, bailarín y bailarina, te mira con cariño de madre, cuando con fe llevas tu traje y realizas tu mudanza, cuando tu canto y tu danza expresan la oración que brota de tu corazón. Peregrino y peregrina, aquí encuentras una casa que es consuelo en tu camino. Aquí, todos nosotros experimentamos su amor, y nos enseña a vivir en el amor sin límites de su Hijo".

"Aquí, ella, la mujer valiente de nuestra fe, nos invita a confesar nuestra esperanza en Jesucristo, con todo lo que somos, con las raíces de nuestra identidad, porque cuando el Verbo de Dios en su vientre, se hizo carne, también se hizo historia y cultura. Por eso, queridos Bailes Religiosos, músicos y peregrinos; nunca renunciemos a esta identidad humana y cristiana, porque Dios danza con su pueblo, la Virgen viene a bailar con nosotros, y nos enseña a cantar nuestra fe, y danzar la mudanza del amor cristiano", añadió.

El Obispo de Iquique también pidió a la Carmelita que siga enseñando a sus fieles a caminar "en el encuentro con el Maestro y Señor; y nos ayude a valorar aún más, el profundo tesoro de estas raíces, hundidas en la historia, y que se encaminan a la vida eterna. Que estas profundas tradiciones, nos fortalezcan en la fe y nos impulsen a ser valientes, para nombrar a Dios como el capitán de la nave de nuestra vida. Que con valentía, a Dios, como María, le digamos siempre "sí". Sí, a la vida.
Sí, a la fraternidad. Sí, al servicio. Sí, al compromiso por la justicia y la paz. Sí, al compartir solidario. Sí, a la digna acogida del migrante. Sí, al perdón y la reconciliación. Sí, a la familia y al cuidado de los que sufren. Sí a la voluntad de Dios".