viernes, 15 de julio de 2011

Mineros de Atacama presentan millonaria demanda al fisco por negligencia


Casi la totalidad de los 33 mineros de Atacama que quedaron atrapados durante 69 días tras un derrumbe presentaron este viernes una millonaria demanda contra el Estado chileno por negligencia, aduciendo que no controló a la mina antes del accidente.

"Aquí lo que queremos es que se nos reconozca lo que pasamos al fondo de la mina", dijo a periodistas el minero Luis Urzúa al confirmar la presentación de la demanda, que pide una indemnización de más de medio millón de dólares para cada uno de los trabajadores.

La demanda fue interpuesta por 31 de los 33 trabajadores, a días que se cumpla el primer aniversario del derrumbe que sepultó a los mineros a 700 metros de profundidad al fondo de la mina de cobre y oro San José, en el norte de Chile, el 5 de agosto de 2010.

"Nosotros solamente representamos lo que hemos decidido los 31, que se nos reconozca todo lo que sufrimos y sufrieron nuestras familias", agregó Urzua.

El abogado que representa a los mineros, Edgardo Reinoso, presentó este viernes la demanda a través de una procuradora en un juzgado de Santiago, en la que exige al Estado chileno una indemnización de 540.000 dólares para cada uno de los 31 trabajadores, lo que suma un total de más de 15,5 millones de dólares, dijo una fuente judicial.

Los demandantes acusan al Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) de no haber inspeccionado previamente las condiciones laborales y de seguridad en la mina San José, donde trabajaban cuando quedaron atrapados.

El Sernageomin fue completamente reestructurado tras el accidente, y entre otras medidas, se aumentó la cantidad de inspectores en las zonas mineras.

Según el minero Claudio Yáñez, otros de los demandantes, el yacimiento ya había sido clausurado anteriormente y registraba numerosos accidentes laborales. "Todos saben que en el 2005 y en el 2007 hubo dos muertes en esta mina, y desde entonces ya fue peligrosa, siempre ha sido peligrosa esa mina", dijo Yáñez a un canal de televisión.

En la actualidad, la mina San José permanece cerrada a la espera de que sus dueños salden las deudas contraídas tras el rescate, que se concretó 69 días después del derrumbe, el 13 de octubre de 2010, en una espectacular operación seguida por millones de personas en el mundo y que costó al Estado chileno unos 20 millones de dólares.

Los mineros fueron rescatados, uno a uno, por un estrecho orificio que una máquina cavó por 33 días, y salieron del fondo de la mina a bordo de una cápsula de metal bautizada 'Fénix'. El presidente chileno, Sebastián Piñera, vigiló personalmente la operación de rescate y dio la bienvenida a la superficie a la mayoría de los mineros.

Todos emergieron sanos y salvos, y al cabo de 48 horas, la mayoría fue dado de alta desde el hospital donde fueron trasladados tras el rescate.

"Esto no tiene nada de político, es en contra de Estado y no del gobierno", explicó Urzúa.

Paralelamente, catorce de los 33 mineros pidieron al gobierno recibir pensiones anticipadas, debido a las secuelas físicas y sicológicas que les dejó el accidente, y se espera que el presidente Piñera decida si se las concede o no antes del fin de mes de julio.

"Estas pensiones son en atención a lo que estamos sufriendo, y las demandas son porque alguien del Estado no hizo bien su pega (trabajo)", señaló el mismo Urzúa el 3 de julio pasado a un diario nacional.

"Por todo lo que vivimos y sufrimos, hay muchos compañeros que sienten que es difícil rehacer su vida. La lista incluye a los viejos hasta los 49 años", agregó al diario.

En tanto, uno de los 33 rescatados, Pablo Rojas, retornó al oficio de minero después de no poder concretar ninguna otra oferta laboral, y asociado con otro empresario, está acondicionando la entrada de la mina Lucero para empezar a explotarla por su cuenta, según relató a medios locales.

Algunos de los mineros han sacado provecho de su experiencia, con viajes por el mundo, asistiendo a programas de televisión y dictando charlas motivacionales.

Los trabajadores demandaron anteriormente a los dueños de la mina San José, a quienes acusaron de sobreexplotar el yacimiento -con más de 100 años de vida- y de desoír sus reclamos de que la mina 'sonaba', anunciando que las rocas estaban a punto de desprenderse.