El Presidente de la República, Sebastián Piñera asistió hoy en Valparaíso a la ceremonia de conmemoración del Bicentenario del Congreso Nacional, oportunidad en la que manifestó que “en los últimos años y meses hemos visto en nuestro país cómo miles de compatriotas se han movilizado y manifestado en favor de causas que hasta hace muy poco tiempo no captaban el interés mayoritario de la ciudadanía”.
Agregó que “estoy pensando en la calidad de la educación, en cómo compatibilizar el desarrollo económico con el cuidado y protección que necesita y merece nuestro medio ambiente, o en cómo terminar con discriminaciones que afectan sensiblemente a muchas de nuestras minorías”.
El Mandatario dijo que se ha visto a una ciudadanía “más empoderada, más consciente de sus derechos, más exigente, a veces también más impaciente, lo cual refleja una democracia consolidada, refleja una economía capaz de satisfacer nuevas necesidades y un país que poco a poco empieza a adquirir rasgos de nación desarrollada”.
Destacó que este análisis “es una buena noticia, en la medida que sepamos canalizar esa energía no por el camino de la violencia, sino que por el camino del diálogo; no por el camino de la descalificación, sino que por el camino de la colaboración”.
En esa línea, enfatizó que “estamos muy conscientes de que esas nuevas demandas ciudadanas están poniendo a prueba nuestras instituciones y también la forma en que se ejercen los liderazgos en nuestro país”. Resaltó que el desafío que nos convoca hoy “es el de ser protagonistas activos y no meros observadores de estos cambios que están recorriendo a Chile y sacudiendo al mundo”.
Aseguró que este desafío “requiere unidad para ser enfrentado, porque vivimos una paradoja, no solamente en Chile, en el mundo entero: tanto aprecio por la democracia y, al mismo tiempo, a veces tanto desprecio por la política. Ésta es una paradoja peligrosa, porque todos sabemos que no hay democracia sana con política enferma”.
Asimismo, invitó a los parlamentarios a aprobar cuanto antes las leyes “que pretenden darle una nueva vitalidad, una nueva juventud, una nueva fuerza y una nueva legitimidad a nuestra democracia, para no seguir siendo espectadores de este divorcio, sino que enfrentarlo con el coraje y con la fuerza que ello requiere”.
Finalmente, resaltó que quienes han sido llamados a cumplir funciones de autoridad republicana y de representación popular, “debemos comprometernos siempre a ejercerlas, velando por el bien común por sobre todo interés particular, con buena voluntad, por sobre toda intransigencia, y promoviendo el diálogo y los acuerdos cada vez que ello sea posible”.
