En el marco de la Vigilia de Armas y ceremonia de juramento a la Bandera, más de 600 soldados y sus familias participaron en la misa que presidió el obispo, Monseñor Marco Ordenes Fernández.
En la Catedral de Iquique se llevó a cabo la celebración de la santa Misa, con motivo de la celebración de la Vigilia de Armas y Juramento a la Bandera que realizarán alrededor de 600 soldados de las guarniciones de Iquique y Pozo Almonte; entre ellos, jurarán Oficiales, Clases, Soldados de Tropa profesional y Soldados Conscriptos.
A la celebración concurrieron las autoridades de la zona, entre ellas la alcaldesa de Iquique, Myrta Dubost y el Comandante en Jefe de la VI División de Ejército y Comandante del Comando Conjunto Norte, General de División, Mario Arteaga Velásquez, además de los oficiales superiores de las distintas unidades de las guarniciones de Iquique y Pozo Almonte y autoridades del servicio religioso.
En la celebración Eucarística Monseñor Ordenes, acompañado de Sacerdotes y Diáconos de la Iglesia expresó su gratitud a los Oficiales, Clases y Soldados que valientemente jurarán a la Bandera, acontecimiento que habla muy bien de jóvenes con un espíritu de generosidad y de servicio a la Patria, incluso con la entrega de la propia vida, si fuera necesario.
Monseñor invitó a los juramentados a tener presente en su Juramento a la bandera, como un acto fundamental de sus vidas, resaltando la importancia del cuidar el bien entre “nosotros, para hacer de la sociedad más justa y fraterna”, alejadas de la incertidumbre que hoy la aqueja, a través de las distintas manifestaciones sociales, enfatizó.
En el plano personal, pidió a los juramentados hacer de la confianza un valor tanto en cada uno, como en las Instituciones y, en la familia a esperar de sus hijos que dicha ceremonia de jurar ante la bandera, los lleve en la rectitud, ajena a toda maldad.
