domingo, 27 de junio de 2010

Quechuas celebran el Inti Raymi en Mamiña con bailes y rogativas


El placentero sonido emitido por dos caracolas anunciaba que los primeros rayos del sol sortearían prontamente la Cordillera de Los Andes para iluminar los cuerpos de todos aquellos que peregrinaron hasta el Cerro Salinas de Mamiña, sitio ceremonial en el que la comunidad Quechua quiso conmemorar un nuevo ‘Inti Raymi’.

“La Fiesta del Tata Inti es una experiencia impactante que voy a atesorar por siempre, y que por sobre todas las cosas, es digna de repetir, ya que permite entender un poco más la cosmovisión del mundo andino y su particular estilo para solicitar bendiciones para un nuevo ciclo”, sostuvo el Gobernador de la Provincia del Tamarugal, Espártago Ferrari Pavez, quien la noche anterior había encabezado la vigilia de espera de los 5 mil 178 años, instancia que además de un pasacalles por el pueblo estuvo marcada por la música y el baile a cargo de los menores del internado y del grupo Santa Cecilia.

“El reconocimiento de cada una de las étnias es vital en el proceso de rearticulación y repoblamiento de los pueblos, un proceso largo que nos hemos propuesto cumplir a cabalidad, ya que como he dicho en innumerables ocasiones, aquí en las quebradas y sus cerros está el alma de la Región de Tarapacá”, agregó Ferrari, quien estuvo acompañado por el seremi de Hacienda, Miguel Ángel Quezada, y el director de Indap, Marcelo Hernández, entre otras autoridades.

Dentro del ciclo

El presidente de la comunidad indígena Quechua, Nivaldo Estica Estica, se encargó de disipar las dudas sobre la fecha real de la fiesta, anunciando que si bien el Maraq Macha aymara y otras fiestas relacionadas con los pueblos originarios se realizan el 21 de junio, el solsticio de invierno extiende su ciclo hasta el mismo día 24 de junio.

“Quisimos reunirnos y rescatar nuestras tradiciones con esta rogativa concretada en pleno ciclo de augurios no sólo para fortalecer las nuevas siembras y para que las cosechas sean fructíferas, sino que también para renovar la espiritualidad, porque este ceremonial tiene el regocijo de energizar y unir a la gente. Es todo un renacer que barre con las rivalidades”, explicó Estica, quien agradeció el interés depositado por la autoridad provincial.

“El gobernador Ferrari ha formado parte cada vez que ha sido requerido y nos conoce a nosotros y a todos los pueblos que se han sorprendido con su presencia constante, acaso la única manera de conocer las realidades de los pueblos, algo que se valora enormemente”.

Una vez de vuelta en el poblado autoridades y pobladores degustaron Kalapurca y comenzaron a lanzarse agua en vísperas de una nueva celebración: San Juan, el aliado perfecto del sol y de las siembras. El paso previo al floreo y al picante de conejo, que también están en la programación de la fiesta.

Unidad

Ruth Godoy Cruz, oriunda del vecino pueblo de Macaya, fue la encargada de encabezar la rogativa quechua en el Cerro Salinas, la misma que luego de esparcir hojas de coca sobre un manto colocado sobre las piedras, dio las instrucciones necesarias para descargar energías negativas y nutrirse con las nuevas vibras provenientes del sol.

“Cada uno sabe que cosas pedir y que desea cambiar, por lo que más que nada pedí por la unión del pueblo, ya que las hojas de coca se desparramaron en señal de distanciamiento entre los habitantes”, dijo Ruth, quien sostiene que las peticiones no van destinadas ni a Dios ni Alá ni Jehová, sino que a nuestro Padre, el dueño del firmamento, el que no tiene principio ni fin: el creador.