En un hermoso y emotivo testimonio del seguimiento a Jesucristo dieron los cientos de fieles peregrinos, para festejar a la Chinita en la tierra del Tamarugal, con la procesión que se realizó con motivo de posicionar la imagen venerada del Hijo del Dios Vivo, justo frente a la imagen de la Madre de todos, la Virgen del Carmen.
Iluminando el paso de Jesús Nazareno con velas y saludándole con las manos en alto, los fieles acompañaron con cantos de alabanza, oraciones y gritos de "Viva Jesús Nazareno", "Viva el Hijo de Dios", "Viva el Salvador del Mundo", mientras la procesión avanzaba hasta llegar el Santuario de la Virgen del Carmen de La Tirana para que la imagen del Señor, fuera puesta en el lugar del templo que le corresponde.
En esta celebración litúrgica, que se realizó tres horas después de la bendición de la nueva obra de ampliación del templo, monseñor Marco Antonio Ordenes consagró el nuevo Altar de Jesús Nazareno, donde inmediatamente después los devotos se acercaron para dar gracias, pedir por sus aflicciones y rendirle honor al Señor.
Durante su homilía, el Obispo de Iquique instó a los presentes a seguir el modelo de vida que propone Jesús y replicó las palabras del Evangelio "niégate a ti mismo, carga con tu cruz y camina detrás de mí", y dijo que el modelo imperante hoy en día es muchas veces el modelo del individualismo y es tan fuerte que "muchas veces llega a seducir el corazón de nosotros, los cristianos".
Así, continuó monseñor Ordenes y señaló que tantas veces, quienes "nos declaramos seguidores de Jesucristo, en la práctica, lo miramos pasar, pero no estamos dispuestos a cargar con la cruz, a negarnos a nosotros mismo y a caminar detrás de Él. Este es un mal que ha introducido en la misma Iglesia y nosotros, los creyentes, también estamos afectados. Confesados a Cristo, creemos en Él, pero no estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos, porque el Yo es más fuerte".
"Al colocar esta imagen en este altar restaurada, pidámosle al Señor que no solamente pongamos la imagen en su lugar, para la belleza y la hermosura de esta obra artística que es el Santuario, sino que sea una ventana, una memoria permanente de lo que significa la presencia de Dios en la vida de cada uno de nosotros", agregó el Obispo.
Hace mucha falta hoy día, a los cristianos "contemplar a este Cristo clavado en la Cruz, caminando con ella a cuesta por todos nosotros, caído sobre el madero del peso de nuestros pecados. Es necesario contemplarlo más para poner renacer del amor que se tiene, pero en ese amor de Jesucristo que lo hace abrazarse a la Cruz porque se olvida de sí mismo".
En estos días estamos asistiendo a un país que demuestra tanta falta de diálogo, en la política, en el mundo de los gobernantes en el mundo de una sociedad que, no solo reclama sus derechos que son justos, pero es incapaz de dialogar y buscar caminos de encuentro. Esto le hace mal a Chile, a todas nuestras instituciones democráticas.
Para que haya un diálogo verdadero, la búsqueda de un bien común y respuestas que nos dejen conformes a todos, todos necesitarnos negarnos un poco a nosotros mismos".
"Las posturas intransigentes le hacen mal a una familia, a un grupo, a un grupo de baile religioso, a la Iglesia. El diálogo, el respeto por el otro y la búsqueda sincera del bien para todos es lo que necesitamos, pero no es posible sin el olvido de los propios intereses, tantas veces tan mezquinos y malos que nos hacen tanto daño", sentenció.
"Al colocar esta imagen queremos pedirle esto al Señor. Querido Maestro ¿cómo se carga hoy día con la Cruz? ¿Cómo nos negamos a nosotros mismos en esta sociedad que nos enseña precisamente lo contrario? ¿En qué punto de mi vida, en que realidad de la historia tú me pides hoy que me niegue a mí mismo?. Enséñanos y enséñame Señor a cargar siempre con mi cruz para seguirte y buscar siempre el bien mayor para todos".
En la oportunidad, monseñor Marco Antonio Ordenes también agradeció y saludos a la Comunidad Custodia del Santuario, al Cuerpo de Centinelas y Camareras de la Virgen, a los dirigentes de la Federación Tirana, a los miembros del Baile Chino y a la Cofradía de Cargadores de Jesús Nazareno, a los peregrinos que están llegando a la fiesta de otros lugares del Norte de Chile, de otras ciudades y los países hermanos.
