
En un registro sorpresivo a la población penal, funcionarios del Centro de Detención Preventiva de Pozo Almonte, descubrió la tenencia de nueve balas de 9 milímetros que fueron ingresadas al recinto después de la visita del fin de semana, cuyo objetivo era provocar una fuga de un número indeterminado de internos de ese establecimiento.
Así lo informó el jefe de esa unidad, capitán Alejandro Lynch Ramírez. Agregó que en un primer procedimiento se detuvo a 15 reos. Posteriormente, se realizaron diversas diligencias y se determinó que en esta preparación de evasión de la cárcel, participaron directamente siete internos del CDP de Pozo Almonte. Se trata de tres imputados y cuatro condenados.
La totalidad de los internos involucrados en esta situación, cumplen condena por infracción a la Ley 20 mil, que se refiere a tráfico de drogas. Producto de esa situación inmediatamente se inició una investigación sumaria interna, para esclarecer todos los antecedentes sobre el particular, en vista que el objetivo era evadirse del recinto penal, aprovechando las fiestas patrias.
De acuerdo a lo informado, la munición fue ingresada supuestamente por una mujer, encontrándose en un tubo de PVC, las nueve balas, un preservativo, algodón y bolsas de plástico.
Mientras que el director regional, comandante, Jorge Carrasco Reydet, quien concurrió hasta la unidad en Pozo Almonte, dijo que la acción obedeció a la planificación y al manejo de la información oportuna del personal de Gendarmería, que gracias a su compromiso, profesionalismo y entrega al servicio, se desbarató la fuga que pudo tener insospechadas consecuencias.
“En una eficiente labor se logró abortar la planificación de un posible motín y fuga, teniendo el oportuno trabajo para encontrar el hallazgo que tenía como propósito la evasión. La ciudadanía puede estar tranquila que Gendarmería está preparada para cumplir adecuadamente con los problemas como este, ya que pone todo su esfuerzo para que la calma y la tranquilidad reine en la ciudadanía”, dijo.
Cabe recordar que Gendarmería es el último eslabón de la cadena social, donde tiene la responsabilidad de custodiar a toda persona que cometió delito o faltó a la ciudadanía.
Los siete implicados en este hecho fueron trasladados hasta la cárcel de alta seguridad de Alto Hospicio.