Más de un millón de
personas despidió el 2016 en Harbour Bridge de Sídney con un espectáculo
pirotécnico y música que iluminó la noche y el agua del puerto de blancos,
azules, rojos y amarillos.
Las doce campanadas
en Sídney sonaron a las 13.00 GMT del día 31 de diciembre en la parte
occidental del mundo, según la emisora pública ABC.
Unas horas antes, a
las 10.00 GMT, los australianos y turistas tuvieron un anticipo de fuegos
artificiales que rindió homenaje a los músicos Prince y David Bowie, que
murieron el año que se marcha.
Siete toneladas de
fuegos artificiales y un equipo de 50 personas trabajaron para crear una
exhibición pirotécnica que competirá en esplendor y creatividad con otras que
se ofrecerán en las próximas horas grandes metrópolis internacionales como Londres
o Nueva York.
La Casa de la Ópera,
próxima a Harbour Bridge, organizó un concierto de música clásica con arias de
Verdi, Puccini y Rossini, entre otros, y ofreció un pasaje principal para
presenciar los fuegos artificiales y cenar.
Unos 2.000 agentes de
policía vestidos de paisano y de uniforme se encargaron de vigilar por la
seguridad de los asistentes.
A la misma hora que
en Sidney, Melbourne vivió otra espectacular Nochevieja con el empleo de 13,5
toneladas de fuegos artificiales y la actuación de músicos como Kings Domain,
Docklands, Treasury Gardens y Flagstaff Gardens.
La capital de
Australia, Canberra, Adelaide, Brisbane y otras poblaciones grandes y pequeñas
del país también tuvieron o tendrán su particular recibimiento del Año Nuevo,
porque la nación emplea tres husos horarios y hay tres horas de diferencia
entre Sídney y Perth.
Kiribati, Samoa y
Tonga, unos pequeños Estados insulares situados en el Pacífico sur, han sido
los primeros países en recibir al 2017, a las 10.00 GMT del 31 de diciembre en
el resto del mundo.
Las celebraciones
siguieron después en Fiyi y Nueva Zelanda, para continuar en Australia y Asia
Oriental.
Fuente: EFE