
La organización
de la actividad académica tuvo el apoyo de la Comisión de Lenguaje Claro del
Poder Judicial y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la
Universidad Arturo Prat (UNAP), y contó con la presencia del ministro de la
Corte Suprema Carlos Aránguiz; la presidenta (s) del tribunal de alzada de
Iquique, Mónica Olivares; y los ministros Pedro Güiza y Rafael Corvalán, además
de jueces, académicos, abogados, estudiantes y funcionarios judiciales.
En el seminario
–efectuado en el Aula Magna de la UNAP- intervinieron la doctora en Filología
de la Lengua Española Claudia Poblete; la jueza del Tercer Juzgado de Letras de
Iquique, Karola Agurto y el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la UNAP, Hans Mundaca.
Al iniciar la
actividad, el ministro Aránguiz destacó el desarrollo de esta iniciativa
en Iquique, pues “es sabido que la jerga técnica es un lenguaje complicado para
la ciudadanía y nuestra preocupación está dirigida no sólo a los que emiten,
redactan y dicen las resoluciones judiciales, sino que está sobre todo enfocada
respecto del usuario, que el usuario sea capaz de entender lo que los
magistrados dicen en sus fallos”.
“Ustedes
seguramente han visto los fallos a veces resumidos en la prensa y coincidirán
conmigo en que no todas las decisiones que se transcriben son fáciles de
entender para el ciudadano común, por eso cuando nosotros decidimos participar
activamente en este tema, nuestro foco siempre estuvo en promover que las
comunicaciones del Poder Judicial en general sean entendidas por las personas
que son sus destinatarios”, expresó.
En el seminario
se abarcó el tema del lenguaje claro en la justicia, revisando antecedentes del
origen de este movimiento, así como los avances que se han realizado en la
materia. Además los expositores recalcaron la importancia de que las personas
entiendan lo que leen, junto con dar cumplimiento a los requisitos legales que
correspondan, así como dar cuenta de algunos mitos en torno a la clarificación
del lenguaje, por ejemplo, creer que simplificar es vulgarizar el derecho, lo
que –de acuerdo a lo presentado-no tiene sustento en la práctica.