Guardaparques y
funcionarios de CONAF, adquirieron conocimientos para apoyar a las comunidades
a disminuir la pérdida de ganado por ataques de animales silvestres como el
puma.
Apoyar a las comunidades aymaras que habitan en el Parque
Nacional Volcán Isluga con la pérdida de ganado producto del ataque de carnívoros,
es una de las problemáticas que actualmente están abordando en CONAF.
Para proponer medidas que contribuyan a resolver esta
situación que, además, genera problemas de conservación de fauna nativa, los
funcionarios de la corporación se capacitaron sobre “Dimensión humana de la
conservación” con la finalidad de abordar desde otro punto de vista este
conflicto.
La jornada desarrollada en la localidad de Enquelga, estuvo
a cargo de Omar Ohrens, investigador y candidato a doctor de la Universidad de
Winconsin-Madison (USA), que ha estudiado la interacción de varios
animales silvestres con las actividades humanas en Chile, y que ha centrado su
trabajo en la coexistencia entre el ser humano y carnívoros, específicamente
los pumas, en las regiones de Tarapacá y La Araucanía.
Omar
Ohrens explica que la dimensión humana de la conservación es una subdisciplina
de las ciencias sociales que ha contribuido al entendimiento de las
múltiples relaciones entre el ser humano y la naturaleza. “El incorporar otras
disciplinas, como las ciencias sociales, para abordar problemáticas de
conservación de biodiversidad ha sido reconocido como fundamental para producir
políticas, acciones y resultados sólidos y eficaces de conservación”.
Igualmente agrega que “una de las
principales amenazas para la biodiversidad es el ser humano y sus actividades,
por lo que entender los factores que conllevan al ser humano a desarrollar
actividades que afecten negativamente su entorno son fundamentales”.
El puma como también otros carnívoros menores, como el
zorro, cumplen un rol muy importante en los ecosistemas que habitan, por estar
en la parte alta de la cadena alimenticia y, por ende, controlando y regulando
las poblaciones de sus presas que se encuentran en la parte baja de la
pirámide. Sin embargo, estos animales pueden causar daños al consumir ganado
doméstico.
De acuerdo a las investigaciones
que ha realizado al interior del Parque Nacional Volcán Isluga, Ohrens señala que es más del 10% la pérdida de rebaño para
los ganaderos, cifra considerada bastante significativa.
“Hasta
ahora los métodos preventivos más comunes reportados por los ganaderos para
evitar ataques, son el uso de petardos o la quema de vegetación cuando perciben
que el riesgo de sufrir ataques es alto, o bien, han confirmado la presencia de
algún individuo de puma en los alrededores. Sin embargo, creemos que la mayor
amenaza del puma y otros carnívoros producto del conflicto es la caza ilegal de éstos, conducta que muchas veces no es reportada por
los afectados”, indicó.
Es así como, a través de una
mirada desde las ciencias sociales y ecológicas, el investigador junto a
funcionarios de CONAF, SAG, PRODESAL y ganaderos de la zona, están en conjunto
trabajando para poder evaluar si la implementación de medidas preventivas no
letales, como repelentes de luz, son efectivas en reducir la justificación del
ganadero en cazar ilegalmente a los carnívoros.
Por su parte, Julio Barros,
director regional de CONAF, resaltó la capacitación de los funcionarios de la
institución sobre esta materia. “El poder adquirir estos conocimientos es
fundamental para la labor que realizamos en conservación y en poder aportar a
las comunidades locales a disminuir sus problemas y, en definitiva, contribuir
a mantener el equilibrio del ecosistema andino”.