
La iniciativa, se realizó en el patio central del
establecimiento que se ubica en la población Hernán Trizano, hasta donde
llegaron vecinos y apoderados a disfrutar de la actividad.
En la cita los niveles desde la sala cuna hasta los
niveles medios, participaron de manera activa en la jornada, la que fue dividida
en dos etapas: la primera en la exhibición de danzas y vestuarios de diversas
cofradías, más tarde se realizó una degustación de productos típicos de la
zona.
Katherine Vásquez, directora del establecimiento
parvulario, explicó que “la JUNJI potencia sus prácticas pedagógicas a través
de lo lúdico, es por ello que el juego es el motor de los aprendizajes.
“Y en esta actividad, los niños disfrutan de los colores,
las formas y de diversos elementos que les permite ser protagonistas de sus
aprendizajes. Es una actividad donde se involucra la familia como agente
educativo, porque se genera un compartir y una entretenida convivencia”.
Añadió que en la región de Tarapacá, las festividades
patronales de la quebrada de Tarapacá y la del pueblo de La Tirana, son parte
de la cultura y las tradiciones locales “es por ello que se trabaja con los
niños y niñas como parte de la identidad del territorio”, sentenció.
Actividad
En la jornada los primeros en participar y compartir las
danzas fueron los niveles de sala cuna quienes mostraron el baile “Los
Gitanos”. Más tarde, fueron “Los chunchos” entre otros.
Además, en la jornada se realizó una degustación de
alimentos típicos como: quinúa, jugos
naturales, chumbeques entre otros.
La iniciativa, consistió en un juego centralizador, en
donde los párvulos junto a las familias y equipos impulsaron una recreación de
la tradicional celebración nortina Fiesta de La Tirana, que se realiza en la
comuna de Pozo Almonte.
La directora del establecimiento Eimy Aldunate Pérez,
explicó que la jornada fue muy exitosa, con una gran participación de las
familias y de los vecinos de la Población Nueva Victoria.
“El objetivo pedagógico de esta actividad, está ligado a
nuestra identidad que es justamente el
rescate de las tradiciones que son muy propias de nuestra región, ya que son
muchas las familias que participan de manera activa de esta festividad, en
donde se reúnen cultura y diversidad”, sentenció.
Añadió que en la actividad, se considera el juego como
motor de los aprendizajes, en donde los párvulos adquieren un rol protagónico a
través de lo lúdico, porque son ellos quienes eligen en esta actividad, ellos
determinaron que deseaban utilizar como: los trajes, colores, bailes entre
otros elementos que intervienen en esta propuesta.
Indicó que además, que se potencia el conocimiento de
comidas típicas, ya que en la misma festividad, hay una fuerte presencia de
vendedores quienes comercializan una serie de artículos y alimentos “que en
esta ocasión se replicaron como las sopaipillas, mote con huesillos,
jugos naturales entre otros. Los que fueron elaborados por los niños, niñas y
familias y los que adquirían -los mismos
niños- de manera simbólica cancelando los productos con billetes y monedas.