domingo, 27 de septiembre de 2009

En La Tirana comenzó a escribirse el Evangelio de Chile

La primera de las mil eucaristías en donde se escribirán los versículos del Nuevo Testamento que concretarán lo que es el Evangelio de Chile, se llevó a cabo en el templo de La Tirana, en donde Monseñor Marco Órdenes, el intendente Miguel Silva, el alcalde de Pozo Almonte Augusto Smith Marín; la gobernadora de Iquique, Mirian Escobar, la diputada Marta Isasi, entre otros miembros escogidos de las fuerzas armadas y la comunidad.

Todos ellos escribieron de su puño y letra, en una tarjeta, parte del evangelio según San Mateo, que será llevado a Santiago, para unirse a los otros 8 mil versículos escritos en todo Chile, en diferentes liturgias a nivel nacional que se celebran por la “Oración por Chile” desde el 27 de septiembre al 18 de octubre.

Siendo uno de los elegidos para este gran acto, Smith dijo sentirse orgulloso de “representar a la comunidad de Pozo Almonte, alcaldía que acoge a La Tirana. De verdad es un privilegio que se me haya escogido y, de verdad, estoy muy feliz por toda la región, puesto que aquí se inició el evangelio”.

Mientras que Monseñor Órdenes expresó que este acto es uno de los más grandes que se ha dado a nivel nacional y, en especial, a la comuna de La Tirana, “la que estuvo un poco alicaída por lo de la festividad de la Virgen del Carmen, pero que ha revivido hoy con la oración por Chile”.

Además, antes de escribir el parte del evangelio, éste hizo un llamado a los políticos para que en este tiempo de campaña no realicen falsas promesas a los votantes, ya que muchos aprovechan la contingencia para lograr adherentes. Lo cual se sumó a las alabanzas a la Virgen del Carmen, patrona de Chile, manifestando que “ella es el mejor ejemplo que nuestro señor Jesús nos pudo dejar en la tierra para seguir sus pasos”.
Virgen con cintas.

Antes de que se diera inicio a la eucaristía de “Oración por Chile”, se efectuó la bajada de la Virgen desde su camarín con cintas, el cual se realizó ante un templo repleto de fieles que venían a admirar la imagen sacra y que participaron sosteniendo las cintas que ayudarían a su descenso.

Luego, la Virgen fue colocada a un extremo del altar, para que terminada la misa la gente la saludara y, también, para que estuviera preparada para la procesión que se llevaría a cabo a eso de las 15 horas, por los alrededores de las calles del templo.