Una activa participación en “La Ronda de Doha para el desarrollo: los desafíos y oportunidades para la región”, que se desarrolló durante los últimos días en Ciudad de México, cumplió la diputada independiente y regionalista, Marta Isasi, quien viajó hasta el país norteamericano en representación del Congreso chileno.
En la oportunidad, la legisladora fue elegida entre sus pares de distintas latitudes para ser la vocera de los latinos al momento de entregar las conclusiones y recomendaciones del taller que analizó diversos tópicos, entre los que destacó el denominado “Desafíos del desarrollo y liberalización del comercio: pobreza y cuestiones de género”; como asimismo “El sistema multilateral y los nuevos acuerdos de comercio regionales”.
En su alocución, Isasi sostuvo que “la igualdad de género es una tarea pendiente y está claramente establecido que la pobreza no afecta a todos por igual. De hecho, existen evidentes diferencias de género en la distribución de la riqueza del mundo: el 98% de las riquezas de la tierra están en manos de hombres; y de las 2.500 millones de personas calificadas como pobres el 80% son mujeres”.
Agregó que “las tres quintas partes de los menores de edad que no reciben educación estando en edad escolar son mujeres; y dos tercios de los 876 millones de adultos analfabetos son también mujeres. Todos estos factores sociales influyen de manera determinante en las posibilidades de participar en igualdad de condiciones en la reproducción de la vida social, en la cual el comercio es parte integral”.
Concretamente, en América Latina “la pobreza es 1,15 veces mayor en mujeres que en hombres; más alta para las mujeres en todos los países y notoriamente mayor en Panamá (1,37 veces), Costa Rica (1,30 veces), República Dominicana (1,25 veces), Uruguay (1,21 veces) y Chile (1,24 veces). En 13 de 18 países esta pauta se ha agravado entre los años 2002 y 2008”.
La representante de la Región de Tarapacá sostuvo que “las diferencias de género se encuentran presentes en todos los países; sin embargo, donde la pobreza abarca a mayores porcentajes de la población las mujeres sufren mayormente las consecuencias”.
Por ello, “el comercio internacional ha debido reformularse a partir de los debates que han incluido la problemática generada por las condiciones inequitativas que condenan a la pobreza a quienes no tienen las mismas oportunidades, especialmente las mujeres”.
A su juicio, “es difícil afirmar que en sí misma la integración a la economía mundial y la liberalización de los mercados tenga un determinado sesgo en contra de las mujeres; no obstante, la liberalización comercial puede tener impactos diferenciados por género en las sociedades dependiendo de la existencia de las distintas formas de discriminación, desigualdad e inequidad de género que se encuentre en cada país”.
Finalmente, dijo que el actual gobierno se enfrenta “a una situación doblemente difícil. En primer lugar, la reconstrucción del país; y, al mismo tiempo, a la preparación de las posibles consecuencias de la crisis que afecta hoy a la Unión europea. Ambas situaciones, eso sí, deben ser comprendidas como oportunidades para implementar políticas públicas que consideren la variable género, de modo que las soluciones no signifiquen aumentar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, sino al contrario, disminuirlas”.
