miércoles, 11 de agosto de 2010

Tarapacá despide a los fieles y devotos de San Lorenzo


Fieles y devotos del Santo Patrono de los mineros, los agricultores y los más pobres, se congregaron en torno a la mesa del Señor, para dar gracias, cumplir sus promesas y pedir la intercesión del diácono mártir.

La eucaristía, a la que asistieron autoridades distintas autoridades civiles y militares, fue celebrada ante una asamblea que dio vítores ¡viva San Lorenzo! Y saludó a la imagen venerada del santo alzando las manos y pañuelos para saludar al Patrono del pueblo de Tarapacá.

Durante la homilía, monseñor Marco Antonio Órdenes invitó a los presentes a llevarse de esta fiesta "no sólo el subvenir sino también la Palabra del Señor. Colócala y guárdala en tu corazón querido peregrino, peregrina. Estas palabras que te dicen: "¿quieres seguirme?", carga con tu cruz y camina detrás de mí. Llévate estas palabras y recuérdalas cuando estés triste y agobiado, cuando estés con dificultades en tu vida, en el trabajo, cuando esté faltando el pan en tu mesa". Así mismo recordó "las palabras de San Pablo que pese a las dificultades, al agobio, a los dolores y las tristezas, nada nos puede separar del amor de Cristo".

También reiteró, que "nos encontramos unidos en la oración a todas las plegarias que se encuentran realizando los distintos credos religiosos, por los mineros que aún no han podido ser rescatados desde la Mina San José. A ellos y a sus familias, que el Señor les fortalezca y tenga misericordia".

Procesión

También ayer, las 23 asociaciones acompañaron al santo en procesión, la cual se realizó por distintas calles del pueblo, como un multitudinario testimonio de la devoción y fe a Jesucristo. Así, por más de cinco horas en que los fieles acompañaron el paso del "Lolo", los bailarines danzaron y cantaron en honor al diácono mártir, cantando sus alabanzas y pidiendo su intercesión ante el Señor.

Durante 6 días la parroquia San Lorenzo y el pueblo, se repletó con miles de fieles, quienes acudieron a saludar a su patrono como cada mes de agosto. De esta forma, Tarapacá se revistió de colores, alegría, danza, cantos y plegarias, los bombos, las trompetas y los platillos se hicieron sentir en todos los rincones del poblado, y el fervor y la fe fortalecida, revivieron de un modo distinto, la tradición inquebrantable del pueblo nortino.

Un Poco de Historia

La Fiesta de San Lorenzo de Tarapacá es la segunda celebración en importancia que se realiza en la Provincia. El santo patrono de los diáconos y mineros nació en España y desde allí se dirigió a Roma, donde fue ordenado Diácono para dedicarse al servicio de la administración de los bienes de la Iglesia bajo el papado de Sixto II. El tenía el encargo de distribuir bienes a los pobres, las viudas y los huérfanos.

Durante el mandato del emperador Valeriano se inició una fuerte persecución contra los cristianos, en la que fueron martirizados el Papa Sixto y los compañeros diáconos de Lorenzo.

El emperador envió un mensaje al joven: "entrégame los bienes de la Iglesia" y dio plazo de un día para reunirlos. Al día siguiente y de acuerdo a la historia, el 10 de agosto del año 258, Lorenzo había reunido frente al emperador a todas las viudas, pobres, huérfanos e inválidos porque ellos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El emperador se sintió burlado y mandó que lo ataran y colocaran en una parrilla para quemarlo.

Cuando el verdugo atizaba el fuego, San Lorenzo le dijo: "dame vuelta porque aún falta el otro lado" y luego oró a Dios diciendo: "Gracias te doy, Señor mío, por haberme dado poder para entrar en el Reino de tu Eterna Bienaventuranza", y luego expiró.

Los cristianos sepultaron su cuerpo en las catacumbas de la vía Tiburtina en Roma, donde se conserva una de las más antiguas basílicas romanas llamada "San Lorenzo fuera de los muros". Su veneración se extendió rápidamente y se convirtió en ejemplo de valentía, de amor a Dios y a los pobres.

Orígenes de su devoción en Chile

La devoción a San Lorenzo llegó a Chile junto con los conquistadores españoles. Desde entonces el pueblo de Tarapacá fue puesto bajo su protección. En el siglo XVIII son los mineros quienes celebran con preferencia la fiesta, construyen el templo y costeaban la fiesta, es decir, todos los gastos para la celebración propia del pueblo.

En tiempos del salitre, empiezan los operarios de las salitreras a acudir a Tarapacá el día de la fiesta, aumentando el número de visitantes y ya no sólo los fieles del pueblo. Es entonces cuando surge la peregrinación a Tarapacá en honor a este Santo Mártir. San Lorenzo es el patrono de la parroquia y del pueblo, de los agricultores, mineros, de los viajeros y de los diáconos.

La celebración de esta fiesta también congrega a miles de fieles devotos y a un importante número de bailes religiosos que rinden homenaje cada 10 de agosto a San Lorenzo.

Reliquia de San Lorenzo en Tarapacá

En 1997 los administradores de El Escorial, a petición del entonces Obispo de Iquique, Monseñor Enrique Troncoso Troncoso, accedieron a enviar un trozo del hueso del cráneo (ex ossibus capites) de San Lorenzo al templo de Tarapacá.

La fiesta de Tarapacá sigue la misma estructura de las fiestas andinas. Tiene un ritual de entrada: las ceras, los bailes religiosos, peregrinos. En la noche del 9 se espera con la celebración eucarística en el frontis del templo y fuegos artificiales. El día 10 se realiza la misa de campaña y por la tarde se celebra la procesión con la imagen de San Lorenzo por las calles del pueblo. Luego vienen las despedidas de los peregrinos y de los bailes religiosos asistentes a la fiesta.