lunes, 7 de septiembre de 2009

120 niños y jóvenes participaron en mes de la montaña


Alrededor de 120 niños de entre 10 y 16 años, de los diferentes colegios pertenecientes a la Cormudespa (Corporación Municipal de Desarrollo Social de Pozo Almonte) participaron en las actividades del mes de la montaña, que este año se efectuó en la localidad de Huatacondo, a 230 kilómetros al noreste de Iquique, entre el viernes 4 y el domingo 6 de septiembre.

La actividad, que se realiza hace 28 años, tuvo como fin que los niños de las diversas localidades se unan en lo que es una caminata grupal y un ascenso a un cerro rocoso, para enseñarles la recompensa del esfuerzo y trabajo en grupo, no solo con miembros de su comunidad, sino que de las otras comunas que pertenecen a Pozo Almonte.

Augusto Smith Marín, alcalde de la comuna, manifestó que “es una gran alegría ver a tantos niños reunidos y que hicieron un gran esfuerzo al caminar distancias y sortear las pruebas que los scouts les hicieron. Además del buen comportamiento y disciplina que han demostrado en este fin de semana; y la unión que se vio entre los integrantes de las diversas escuelas”.

Actividades

Entre las actividades que los estudiantes realizaron el fin de semana estuvo una caminata de 5 kilómetros desde Huatacondo hasta el sector conocido como “la Garganta del Diablo” en las afueras del pueblo, con el fin de prepararlos para las acciones que se vendrían después.

En la caminata, los alumnos tuvieron que sortear diferentes pruebas que los scouts les prepararon, con el fin de ocupar la agudeza de sus sentidos, el trabajo en conjunto y la capacidad de resistencia, de acuerdo con las edades de los niños.

También, los 120 estudiantes participaron de una fogata el sábado en la noche, en la cual se ejecutaron diversas dinámicas y en donde casa escuela presentó un número artístico, como forma de compartir con el resto de los colegios.

El domingo en la mañana, todos participantes del mes de la montaña subieron uno de los tantos cerros que acordona la quebrada de Huatacondo, como la prueba final de resistencia, tanto espiritual como corporal, debido a lo escarpado del camino.

Realizado ya el ascenso y descenso al cerro, los habitantes de Huatacondo esperaron a los niños y jóvenes con helados artesanales, que ellos mismos hacen con una máquina que tiene más de 70 años.