Cómo conjugar aspectos propios de las culturas originarias con los contenidos de los programas de prevención de drogas es el objetivo del biregional de interculturalidad realizado ayer en Iquique.
La actividad, que se inició con un ritual Aymara, busca potenciar el proceso que han venido desarrollando desde el año 2006 las educadoras de párvulo de JUNJI quienes principalmente se desempeñan en comunidades rurales.
“Para nosotros es complejo trabajar el tema del consumo, especialmente de alcohol, pues forma parte de los rasgos más esenciales de nuestra cultura”, apuntó Becky Mamani, educadora del jardín “Caranguitos” de Camiña, haciendo referencia a la presencia de este producto en fiestas patronales o ceremoniales indígenas.
Sin embrago, la idea de CONACE es trabajar la prevención considerando las costumbres ancestrales, “para ello se han complementado los programas tradicionales de CONACE con aspectos propios de la cultura Aymara”, comentó Yasmín Derpich, encargada del área de familia de CONACE Tarapacá.
Juegos, cuentos, conversaciones y talleres son los principales mecanismo para trabajar esta temática que se complementa con un currículo especialmente diseñado para rescatar aspectos fundamentales de su cultura.
“La idea es entregar herramientas para enfrentar realidades totalmente distintas, especialmente cuando tienen que dejar la localidad para estudiar en sectores urbanos”, agregó Yasmín Derpich.
Para ello, ha sido necesaria la articulación con sectores claves como CONADI, Educación, JUNJI y municipalidades de sectores rurales quienes se han abierto a incorporar estos programas dentro del proyecto curricular.
