El
Dakar de 2016 será el primero de los de América Latina que no pase por Chile,
comenzará en Lima, atravesará Bolivia y terminará en la ciudad argentina de
Rosario, según desvelaron hoy los organizadores.
Los
desastres naturales que ha vivido Chile en los últimos meses apearon al país
del rally el año próximo, pese a que la organización del mismo había previsto
un recorrido que englobara los cuatro países sudamericanos que ya lo han
acogido.
En
pocos meses, los organizadores rectificaron el trazado para sacar al desierto
de Atacama “sin perder toda la originalidad y especificidad que debe tener el
Dakar”, indicó a Efe el director de la prueba, Etienne Lavigne.
Así,
el rally será “un tríptico de todas las dificultades que debe tener la carrera
de resistencia más importante del mundo”, agregó.
La
carrera comenzará en Perú con un desierto que los habituales del Dakar ya
descubrieron en 2012 y 2013 y en Lima, que fue punto de llegada en la primera
de esas ediciones.
“Será
la parte de desierto, de arena, de dunas, de navegación”, explicó Lavigne, que
recordó que Perú representa para los participantes “lo más parecido que hay al
desierto sahariano” que los eventos geopolíticos obligaron a abandonar en 2008,
lo que llevó al rally hasta el continente americano.
Los
organizadores destacaron que en el estrecho desierto peruano, muy pegado al
Pacífico, fue escenario de una gran acogida popular. “Dicen allí que nunca
había habido tanta gente en la calle desde la visita del papa Juan Pablo II”,
recuerda Lavigne.
De
forma abrupta, la caravana dakariana ascenderá hacia el altiplano boliviano,
segunda etapa del tríptico, “un cambio de superficie muy importante, pero sobre
todo un cambio de clima, con condiciones muy duras”, según Lavigne.
El
invierno boliviano, a más de 3.500 metros de altura, las pistas duras de la
zona tomarán el relevo para “obligar a los participantes a afrontar una de las
características del rally, la resistencia”.
El
hombre y la máquina estarán sometidos a la dureza del ambiente y a las pistas
del salar de Uyuni. Bolivia, que ha acogido el rally en las dos últimas
ediciones de forma parcial, lo tendrá en sus tierras por vez primera de forma
completa.
En
2014 el rally acogió solo a las motos. Al año siguiente se les unieron los
coches y en la próxima edición se unirán también los camiones. “Hemos resuelto
los problemas técnicos que nos impedían llevar todo el campamento”, señaló
Lavigne.
A
diferencia de los últimos años, en los que el rally hizo una internada en
Bolivia, en 2016 el país será atravesado por la caravana. Entrarán por el lago
Titicaca para trazar una línea hacia el sur con dirección a Salta.
La
ciudad septentrional argentina, escenario de las gestas de la independencia del
general Belgrano, acogerá la jornada de reposo y marcará, en la falda andina,
el inicio de la recta final del rally, que se desarrollará en las pistas
argentinas y que estará marcada por el retorno al calor del verano meridional.
El
desierto rocoso, la “ruta 40”, perfilarán de forma definitiva los contornos de
la general de una edición que terminará en Rosario, la ciudad de Lionel Messi y
del “Ché” Guevara, que ya vivió en 2014 la salida de la edición y que volverá a
ser un lugar clave del rally.
Argentina
pasará a ser, tras el abandono forzado de Chile, el único país fiel a todos los
Dakar americanos.
Lavigne
recordó que fue en ese país donde pusieron la mirada los organizadores cuando
en 2008 la amenaza terrorista les obligó a suspender una edición que tenía
previsto atravesar Mauritania para llegar a las costas del “Lago Rosa”.
El
director de la prueba lamentó la salida de Chile. “Lo sentimos tanto por el
lado emotivo, puesto que hemos creado lazos muy firmes con los chilenos, como
por el organizativo, porque hemos aprendido a trabajar con ellos, con quienes
nos sentimos muy cómodos”, dijo.
Pero
se mostró convencido de que el Dakar regresará a Chile “el año próximo”,
siempre que las desgracias dejen de azotar al país.
Fuente:
EFE