Fieles y devotos acompañaron el recorrido de las imágenes de la Reina del Carmelo, San José y Cristo Nazareno, junto al Obispo de Iquique Marco Ordenes y el Rector del Santuario, padre Franklin Luza, custodiando en medio de oraciones su retorno al camarín.
Una vez dentro del templo, el cual fue inundado con globos, pañuelos y los colores propios de los diversos bailes religiosos, quienes con un nudo en la garganta entonaron los cantos con que amorosamente, su pueblo cada año honra a la Madre de Chile.
Allí monseñor Órdenes elevó una plegaria de agradecimiento a Dios por el encuentro y pidió la intercesión de María del Carmen diciendo "acuérdate Señora de los enfermos, de quienes sufren la angustia de no tener pan en la mesa familiar y de tantos quienes sienten dolor. Hermanos, pongamos nuestras aflicciones, nuestros desalientos y nuestro fracasos en las manos de la Estrella del Camino, ella con el amor de Madre que mira a su pueblo acogerá nuestras súplicas e iluminará nuestro camino".
Los compases del himno patrio mancaron el inicio del ascenso de la Santa Patrona, hasta las alturas del templo, mientras se extendía su manto, a través de las cintas, por las manos de su pueblo que, en la confianza del nuevo encuentro, con lágrimas en los ojos se despidió de la Chinita del Tamarugal.
