miércoles, 14 de julio de 2010

Obispo llama a no olvidar la tradición católica Andina


Con un templo lleno de peregrinos de diversos poblados del interior de la región de norte chileno, Monseñor Marco Órdenes Fernández recordó a quienes pertenecen al pueblo andino a que no olvidara su tradición católica y que no dejaran morir la cultura ancestral ni las costumbres que los han caracterizado. “Sabemos que es difícil estar en pie en algunos momentos, pero así como se han reconstruidos sus iglesias, de a poco y con sacrificio, esa es la forma en que debemos llevar nuestra creencia católica andina”, manifestó el Obispo de la diócesis de Iquique.

En la Homilía, Monseñor manifestó que “debemos agradecer a nuestra Madre y a Dios por lo que nos sucede. Cuando la vertiente fluye y nos riega las plantas, las chacras y los sembradíos desde donde nacen los frutos que hoy ustedes dan como ofrenda al altar. No hay que olvidarse de quienes nos han ayudado a que esto fuera posible”. Ofrendas que pueblos como Chiapa, Usmagama, Parca, Mamiña, Illalla, Zipisa, entre otros, llevaron de las cosechas que se dan en cada uno de ellos.

A la vez, aprovechó de hacer la unión de la parábola de Lázaro, con la de la vida de cada poblado, puesto que “la madre de este joven que estaba muerto, nunca perdió la fe de que estaría de nuevo junto a su hijo. Con esto, ustedes como representantes del pueblo andino deben estar igual. Muchas veces las iglesias están destruidas y de a poco se van habilitando, pero ustedes jamás han dejado de celebrar a su patrono, siempre siguen con optimismo y con la misma devoción y creencia hacia su santo y Dios”.

Tras esto, el obispo comenzó con la ceremonia eucarística, utilizando la lengua aymará para efectuar la bendición del pan y el vino, los que luego fueron repartidos entre los asistentes a la celebración, comenzando por los representantes de los pueblos andinos, para luego efectuar el saludo de la paz.

Finalizando la liturgia, el prelado, en conjunto con las diversas delegaciones, llevaron las ofrendas venidas de los diversos pueblos, hacia la imagen de la Virgen del Carmen, como modo de veneración hacia quien intercede por los fieles y la que en los próximos días estará celebrando su día.